CONAN
Subimos por la gran vereda, con un cansancio enorme, mi magia trata de amortiguarla y también a la de Desmond que está junto a mí haciendo que avance más rápido. Nos invitaron a ver al reino Marisma desde aquí arriba, según dicen que es como ver a una pintura tan realista que muchos se han desmayado de lo maravilloso que se ve.
—¿Por qué no te convertiste en un dragón? —se queja Félix, que va casi arrastrándose por la arena, voltea a ver a Binu de mala gana—. Pudiste llevarnos volando hasta aquí y no estaríamos en estas condiciones.
Binu pasa junto a él empujándolo muy sonriente, ella no se ve nada cansada, Medras la sigue y los dos parecen una gota de agua, lo digo por como van vestidos casi iguales y porque al parecer Medras está tan fresco como una lechuga. Los dos nos voltean a ver con arrogancia y se ríen echándose a correr, al parecer ya se llevan mejor, aunque aun noto como Medras trata de huir de Binu.
—Tómenme de las manos los dos —Nos dice Desmond, Félix y yo nos miramos sin entender—. Necesito energía al doble.
Suelto su mano y él la busca en el aire como un gatito asustado.
—¿Ya se cansaron tan pronto? —Eric aparece detrás de nosotros, es quién nos está guiando junto con algunos guardias, lleva puestos sus característicos pendientes en sus orejas y se acomoda sus lentes riendo—. Pensé que esto seria pan comido para ustedes.
—¿Pan? —Desmond vuelve a tomar mi mano—. ¿Has traído un poco para comer?
—Por todos los cielos —Félix toca la frente de Desmond—. Sí que este viaje le ha afectado.
No me queda de otra que cargar en brazos a Desmond, nunca lo había hecho, así que me sonrojo a la vista de todos. El reino Marisma es celestial, un mundo tan distinto, con plantas, mármol y agua por todos lados, tiene sentido que el rey, la reina y la princesa Tetis sean de aquí, eso explicaría por qué son tan atractivos y con esa aura que te deja con ganas de mirarlos por la eternidad.
Desmond no pesa en absoluto, temí a que no pudiera cargarlo y quedar en vergüenza, pero para mi sorpresa, no soy tan débil, los brazos del príncipe se aferran a mi cuello, su cabeza está sobre mi clavícula y siento como su respiración golpea mi piel, me gusta verlo así de tranquilo, es muy lindo observarlo, mi magia parece curarlo del todo en segundos, vuelve a abrir sus ojos, aquellos por los cuales vivo, me mira con una sonrisa traviesa y me planta un beso en la mejilla.
Volteo a ver a todos lados, nadie nos vio, pero ya no me fio de eso porque sé que alguien pudo mirar y vernos, choco mi frente con la de él sonriendo de lado.
—Ya te curé, ya no necesitas que te siga cargando —Hago como que lo quiero bajar de mis brazos y él se aferra con fuerza
—Te lo prohíbo Conan Chalamet —me dice—. No te atrevas a soltarme.
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CORONADO: EL HECHICERO OSCURO
FantasyLuca Andillac ha despertado, regresando a ser heredero y portador de su corona, no todo será fácil para él, una nueva oscuridad lo rodea, una princesa empezará a odiarlo, pero ¿a qué costo?, una fuerte tensión crecerá en ellos. Conan y Desmond segu...