Señorita Miller • JJK (COMPLETA)

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 5: 𝐷𝑒𝑠𝑒𝑜

Canción del capítulo: Years & Years ft. Tove Lo - Desire.

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Olivia levantó sus brazos cuando JungKook sacó su camisa por su cabeza. Acarició sus mejillas deslizando sus manos por su cuello, sus hombros, sus brazos y luego las subió desde su abdomen plano hasta su pecho jugando luego con el tirante de su brasier rojo. Su mente le permitía recordar cómo era tocarla hasta estudiar su figura por completo, Olivia se deshizo de la camisa de él siendo su turno de acariciarlo y estudiarlo como él hacía con ella.

Los corazones de ambos se agitaban sólo con esos toques, JungKook deslizó uno de los tirantes del brasier depositando pequeños besos en su hombro subiendo lentamente a su cuello, Liv inclinó su cabeza del lado contrario permitiéndole espacio. Suspiró bajando sus manos por su pecho empujándolo con suavidad, el pelinegro se sentó a orillas de la cama jalando de su mano haciendo que tomara asiento sobre sus piernas, a diferencia de la otra vez, JungKook pudo imaginarse claramente la escena que presenciaba en ese momento, podía ver en su mente a Olivia sentada sobre él con mejillas sonrojadas, respiración agitada y cabello despeinado por el momento. Sonrió ladinamente amando su imaginación en ese instante.

Los besos acalorados iniciaron, Liv abrazó su cuello cuando él rodeó su cintura con sus brazos, sus labios iban al mismo ritmo apasionado creando perfecta sincronización, las respiraciones se agitaron mucho más rápido aumentando la necesidad de sentirse como hace dos años. El sonido de ambas bocas no fue lo único que se escuchaba en la habitación, ambos estaban jadeando por aire. Olivia besó su cuello de manera corta y dulce, JungKook acarició su espalda subiendo sus manos por ella luchando un poco para quitarle el brasier.

Escuchó la risita de Olivia ante la situación sonriendo tontamente, ella misma lo ayudó a cumplir su objetivo dejando caer el brasier al suelo junto a las camisas. Sintió un leve cosquilleo en su vientre cuando él exploró sus pechos sin lastimarla, sólo JungKook sabía tocarla sin hacerla sentir incómoda. El primer gemido que se escuchó fue de su parte, el sonrojo apareció en sus mejillas.

— ¿Debo detenerme? —su voz fue más profunda de lo normal.

—No, no lo hagas—pidió haciéndole sentir su ansiedad por sentirlo. Volvió a besarlo dejando que sus manos desabrocharan su pantalón y acto seguido ella hizo lo mismo.

La mayor parte del tiempo Olivia mantuvo sus ojos cerrados queriendo sentir lo mismo que JungKook debía estar sintiendo.

...

Sus ojos azules se abrieron en el silencio del cuarto, parpadeó un poco acostumbrando su visión. Olivia recordó donde se encontraba y con quién, un brazo rodeaba su cintura mientras una respiración chocaba en su nuca, sonrió un poco acariciando aquel brazo, muchas veces soñaba con despertar así de nuevo, cuidadosamente giró en la cama quedando boca arriba, sus ojos se posaron en JungKook quien seguía dormido. Inconscientemente se acercó más recostando su cabeza en su pecho abrazándola entre sueños, Olivia acarició su cabello depositando un beso en su frente. Amaba a ese hombre y no se cansaría de decirlo.

—Profesor, ¿Puedo preguntarle sobre una enfermedad en general? —Liv se había acercado al hombre del escritorio quien debía corregir los exámenes.

—Claro, ¿Qué quiere saber, señorita Miller?

—Hay un amigo que...—suspiró sin saber cómo decirlo—Conozco a alguien que padece de atrofia óptica, a este punto su vista se ha perdido por completo, ¿No existe ningún tipo de cura?

El profesor pareció pensarlo no por mucho.

—La atrofia óptica es algo hereditario, generalmente lo que es hereditario no tiene cura—eso bajó sus esperanzas—En estos casos es recomendable mantener al día exámenes oculares, mucho más cuando se tienen familiares que pasaron por lo mismo.

—Pero... ¿Realmente no es posible mejorar un poco su visión?

—La atrofia del nervio óptico provoca que la visión se opaque y vaya reduciéndose el campo visual—le explicó de manera que entendiera—La capacidad para ver detalles finos se pierde, los colores se van desvaneciendo—Liv pensó en cada momento de JungKook que no distinguía los colores—Con el tiempo, la pupila tendrá menos capacidad de reaccionar ante la luz y finalmente esa capacidad se perderá.

—Trayendo oscuridad para esa persona.

—Así es.

JungKook restregó sus ojos con su mano frunciendo el ceño somnoliento. No se movió mucho al sentirse cómodo en el lugar que estaba, aquel perfume le hizo recordar donde se encontraba.

— ¿Estás despierta? —susurró.

Liv regresó a la realidad respirando profundo.

—Sí.

JungKook se apoyó en su brazo mirándola (no del todo)

— ¿Qué sucede?

—Estaba...nada.

—Olivia.

—Profesor Jeon—se burló. Acarició su mejilla mirando sus ojos fijamente, él no enfocaba su vista en ella, bueno, si lo hizo, sus ojos de repente parecieron estar viéndola tan fijo que se sintió intimidada tontamente. JungKook claramente no podía ver nada, pero sentía que los ojos azules de Liv estaban observándolo—Extrañé esto.

— ¿La intimidad?

—No, bueno sí—él sonrió divertido—Pero también despertar contigo de esta manera—siguió mirándolo— ¿Fue diferente para ti esta vez?

— ¿Me creerías si te digo que pude verlo todo en mi mente?

—Así que piensas en mí desnuda.

— ¿Es malo?

A Liv le sorprendió que no lo negara. JungKook tenía treinta años, era un hombre con todas las letras, lo que para ella era vergonzoso a sus veintiuno para él era algo normal. Debía acostumbrarse a eso.

—Supongo que no—rodeó su cuello con un brazo. Se inclinó a ella tocando su mejilla besándola con un toque dulce y pícaro, Liv cerró sus ojos correspondiendo el beso, jadeó de sorpresa cuando él colocó una de sus piernas en su cintura, Olivia sintió ambas intimidades rozarse debajo de las sábanas, mordió su propio labio inferior sintiendo su mano apretar seguidamente su muslo.

Fue él quien tomó el atrevimiento de lamer su labio inferior y acto seguido introducir su lengua en su boca. Olivia sintió el cosquilleo en su vientre disfrutando la nueva experiencia, JungKook acomodó mejor su pierna en su cintura introduciéndose en ella una segunda vez, Liv gimió frotándose sin dudarlo, el pelinegro apartó el cabello de su cuello apoderándose de éste acariciando su cintura sobre las sábanas, la habitación se vio llena de gemidos y jadeos por un rato más.