Señorita Miller • JJK (COMPLETA)

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 34: 𝑁𝑜 𝑠𝑒𝑎𝑠 𝑡𝑎𝑛 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑎

JungKook despertó en medio de la noche con Olivia abrazándolo teniendo su cabeza recostada de su pecho, por su lenta respiración supo que estaba dormida. Acarició su cabello unos minutos para luego levantarse con cuidado cubriéndola con las sábanas, salió de su cuarto cerrando detrás de sí caminando hacia la sala, en el sofá tenía una manta y una almohada, una vez acostado allí su mente se puso a pensar en muchas cosas, ¿Cómo iba a ayudarla si no podía ver?, ¿Cómo reconocería a su hijo o hija si no podría verlo?, iba a perderse la tierna imagen de Olivia con un vientre abultado, la primera imagen del bebé al nacer, iba a perderse muchas cosas.

Y todo eso dolía más que cualquier cosa. JungKook respiró profundo cerrando sus ojos al colocar su brazo sobre ellos, jamás pensó en dejar a la chica con esa noticia, sería cobarde de su parte, si bien, ambos se habían cuidado la mayoría de las veces, pero el pelinegro sentía que debió ser más cuidadoso que ella. En resumen, lo hecho, hecho estaba. No iba a pedirle a Liv que lo diera en adopción, se conocía y no era capaz de ello, tampoco se enojaría con ella por no abortarlo.

Debía organizar muchas cosas en su mente, debía organizar todo antes de que ese bebé llegara a ese mundo.

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Por la mañana Olivia desayunó con la familia Jeon, al contrario de anoche, esa mañana tenía mucha hambre.

— ¿Dormiste bien?—el señor Jeon se servía algo de jugo.

—Un poco—Liv asintió.

—Quisiera que Olivia fuera conmigo a la tienda, así podría ayudarme a arreglar algunas cosas en el local—comentó la mujer masticando. JungKook dudó, Liv estaba iniciando el embarazo y consideraba que no debía hacer tanto esfuerzo.

—Iré con ambas.

—No, tú irás con tu padre a buscar algunas telas en el mercado.

— ¿Telas?—Olivia sintió curiosidad.

—Suele coser en su tiempo libre, ya sabes, cuando no es tan gruñona—bromeó su esposo. La joven omitió una sonrisita.

—Mamá...—JungKook quería oponerse. Liv debajo de la mesa colocó su mano en su pierna indicándole que estaba bien, no tenía problema alguno en ayudar.

Fue ella quién se había ofrecido anoche.

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El local de frutas de la familia Jeon tenía clientes apenas se abrían las puertas, a diferencia de hace años, ahora era una tienda cerrada con aire acondicionado de frutas de diferentes tamaños, colores y especies. Junto a la caja registradora, Olivia notó una foto de ambos señores con un JungKook sonriente abrazándolos a ambos. Sonrió ladinamente encontrando tierna la imagen.

—Es una de mis fotos favoritas—la señora Jeon ataba el delantal detrás de su espalda.

— ¿Todavía podía ver en ese entonces?

—Sí—asintió—Si mal no recuerdo, era el día que iniciaba en la universidad—Liv la miró. Se notaba que estaba orgullosa de su hijo como toda madre debería estarlo—En fin—tomó otro delantal colocándoselo a Olivia—Necesito que me ayudes a limpiar mientras atiendo los clientes.

Justo en ese momento su teléfono vibró en el bolsillo.

—No tardaré—se disculpó alejándose un poco. En la pantalla apareció el nombre de su hermana, apenas respondió la escuchó decir:

— ¿Dónde estás?, acabamos de llegar a casa de los Jeon y no hay nadie aquí.

—Estoy en la tienda con la señora Jeon. JungKook salió con su padre...