moving out

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Me encontraba empacando lo que me faltaba para irme de aquella casa en la que viví los primeros 22 años de mi vida. Las dos semanas habían pasado y yo estaba en problemas. No había conseguido ningún lugar para quedarme, pero me rehusaba a pedirle ayuda a San. Por lo menos había recibido mi primer sueldo, podría buscar un hotel barato en lo que resolvía ese problema. Coloqué todas mis cosas en el auto de mi padre, habían decidido solo llevarse el de mi madre y me dejaron el otro carro, así se me haría más fácil el transporte. Esperé a que llegara el señor que compró la casa y el de bienes raíces para hacer la entrega oficial de la casa.

Revisé por última vez que no se me quedara nada y me quedé en la entrada esperando. Una vez llegaron, firmamos unos papeles y les di las llaves para luego marcharme. Fui a la cafetería de Yeosang a comer algo, llevaba días sin comer bien, entre el estrés de conseguir un apartamento y los parciales, la ansiedad no me dejaba comer.

-Woonie... ¿estás bien? Te ves horrible...

-Wow, gracias amigo...-dije ligeramente irritado.

-Lo siento, ¿estás bien?-esta vez utilizó un tono más preocupado mientras se acercaba a mí y tocaba mi frente revisando que no tuviera fiebre.

-Estoy bien, es solo que no me he alimentado bien estos últimos días...

-Awww, ¿quieres que te prepare tu favorito?-dijo con una sonrisa mientras acariciaba mis cabellos con cariño, Yeosang siempre se había comportado como un padre conmigo, muy atento, cariñoso y sobreprotector.

-¡Sí!-dije como un niño emocionado luego de que le dan un dulce. El rió ante mi cambio de ánimo y fue hasta la cocina. Me trajo mi postre favorito y comencé a comerlo con gusto mientras mi cara recuperaba color. Más clientes empezaron a llegar y Yeosang los fue atendiendo además de los nuevos chicos que había contratado. Me distraje un rato viéndolos atender hasta que desvié mi mirada a la puerta donde de encontraba Hongjoong entrando con uno de sus amigos.

Yo rápidamente me pasé al otro lado de la caja registradora, donde se ponían los empleados y me escondí sin que él me viera. Comencé a gatear hasta la cocina y una vez estaba fuera de la vista de los clientes, me fui por la puerta trasera sin que nadie me viera. Fui hasta el parqueo donde se encontraba mi carro y solté un suspiro. Digamos que desde que rompimos, no había vuelto a hablar con él; si nos veíamos en los pasillos de la universidad, nos ignorábamos. Yo le quería dar su espacio, por más que me lastimara, por eso decidí irme.

Saqué mi celular y busqué los hoteles más económicos en la ciudad. Suspiré algo molesto al ver que nuevamente los más baratos eran demasiado lejos del centro, me tomaría una hora llegar a la universidad todos los días. Busqué el que me beneficiara más y encontré el Hotel Treasure, era un hotel muy bueno según tenía entendido lo que significaba que era realmente caro. Tendré que esperar mi segundo sueldo para encontrar un apartamento donde vivir.

Finalmente llegué al hotel y una vez entré, me sentí algo cohibido. Era demasiado elegante, me alegraba ser estudiante de diseño de modas porque nunca estaba mal vestido, servía mucho en situaciones como estas. Me dirigí hasta el recepcionista quien fue realmente amable, agradecía eso porque en muchos sitios así podían tratarte pésimo. La habitación más económica era algo cara, pero mi sueldo me daba para vivir hasta un mes y eso me aliviaba un poco. Lo bueno es que no tendría más gastos además de la gasolina ya que el hotel era todo incluido.

Le pasé la tarjeta al chico y en lo que el hacía todo el trámite, un botones se ofreció a tomar mis maletas y ponerla en su carrito. Seguí observando el lobby, veía personas saliendo en trajes de baño, otras del spa, también había varias tiendas. Me fijé en una y no pude dejar escapar una risilla cuando vi que una de las tiendas era ATEEZEX. El recepcionista me llamó y cuando volteé, no pude evitar que mis mejillas se pusieran rojas, allí estaba San mirándome junto al recepcionista, el parecía algo sorprendido de verme allí.

-Señor Jung, el señor Choi me ha comunicado que usted tiene estadía gratis por ser empleado de la empresa. ¿Por qué no me lo dijo antes? Por favor, tome su tarjeta de vuelta.-dijo haciendo una reverencia. Yo acepté la tarjeta con algo de duda, todavía no procesaba las palabras de aquel chico y la intensa mirada de San sobre mí no ayudaba mucho a la situación. ¿Qué poder tenía aquí San?-Aquí tiene su tarjeta de acceso, las tarjetas de acceso al spa y aquí su pulsera que le permite entrar a cualquier área del hotel. Disfrute su estadía, su cuarto es el A1117.

Una vez me entregó todo, me volteé para empezar a seguir al botones, pero una mano en agarrando mi brazo me paró.

-Pequeño, ¿qué haces aquí?

-Te pregunto lo mismo...-San alzó una ceja con algo de diversión.

-Soy el dueño del hotel.-una vez más, me quedé sorprendido. ¿Cuáles eran las probabilidades?-Ahora, ¿me respondes?

-No pude conseguir ningún apartamento que estuviera dentro de lo que puedo pagar y que me quedara cerca... decidí quedarme en un hotel en lo que consigo.-dije algo apenado, él me había dicho que lo contactara si era necesario, pero es que me daba pena.

-Wooyoung, te dije que me podías pedir ayuda.-se sintió raro que me llamara por mi nombre y que usara un tono tan serio y no el cariñoso que siempre utilizaba conmigo. De repente me sentí pequeño ante su presencia.

-Lo siento, es que en serio no estoy acostumbrado a que me hagan favores...-su mirada se suavizó y dirigió su mano a mi cabello para acariciarlo.

-No, yo lo siento. Tal vez he sido muy intenso, lamento si te asusté. Es que no sé por qué, pero siento una grande necesidad por ayudarte que no puedo explicar.-conectamos nuestras miradas, apoyé mi cabeza en su mano sin darme cuenta y nos quedamos en silencio, creando cierta tensión que no podía entender ahora mismo, o que prefería ignorar.

-Está bien...-dije algo inseguro, finalmente rompiendo el contacto visual y separándome de su tacto.

-Ya me tengo que ir, pero ¿podemos seguir hablando de esto en la noche? Podemos ir a las 8 al restaurante chino que está en el piso tres...

-Allá estaré.-me despedí y salí casi corriendo con el botones. Todavía no logro entender por qué la presencia de San me pone tan nervioso.

𝕎𝔼𝕃ℂ𝕆𝕄𝔼 𝕋𝕆 𝕄𝕐 𝕊𝔼𝕏 𝕊ℍ𝕆ℙ - WooSan/SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora