go away

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Me desperté desorientado sin entender dónde me encontraba. Cuando intenté girar mi rostro, choqué con algo y me di cuenta que era el pecho de San. Finalmente entendí lo que había pasado y noté a las otras tres personas en aquella sala  quienes estaban en el quinto sueño. Busqué mi celular para verificar la hora, quedándome ciego por unos segundos luego del brillo alto que este tenía. Eran las 7:34 a.m. Traté de moverme ya que debía alistarme para ir a la universidad, pero San me apretó más hacia él.

—Todavía...–dijo en una voz somnolienta.

—Tengo que ir a la universidad, amor.

—Menos te voy a dejar ir si me llamas de esa forma.–dijo escondiendo su rostro en mi cuello y acariciándolo con su nariz, eso me causó escalofríos.

—Déjame ir...–palabras salían de mis labios, pero mis acciones decían lo contrario ya que me acomodé mejor entre los brazos de San y cerré mis ojos.

—No.–nos acomodamos, pero realmente no estábamos dormidos.—¿Cómo te sientes?-sabía que en algún momento tendríamos que hablar de lo que pasó ayer, pero ayer me sentí tan bien al estar distraído.

—Es difícil... se supone que las madres amen a sus hijos incondicionalmente, o esa es la mierda que nos enseñan desde que tenemos conciencia. A veces llego a pensar que tal vez sí estoy mal, pero no es algo que decido y mi madre, si todavía puedo llamarla así, no parece entenderlo. ¿Por qué escogería vivir una vida llena de inseguridades y de criticismo donde las mismas personas que están supuestas a aceptarte tal y como eres, no pueden ni siquiera apoyarte? Ayer me sentí tan bien, ¿sabes? Es la primera vez que me siento... no lo sé, ¿en familia? Quisiera que fuera así siempre...

—Me encanta que pienses eso, yo me siento igual.–me volteé a verlo y ahora nuestros cuerpos estaban frente a frente. Me dio un beso en la nariz y siguió hablando.—Odio que seas tan hermoso, mi corazón no puede tomarlo.–reí ligeramente y acerqué mi mano a su rostro, él se recostó de esta mientras yo dejaba caricias en esta zona.

—Lo que dije ayer no fue una exageración, eres lo mejor que me ha pasado en estos últimos meses, hasta me atrevería decir lo mejor que me ha pasado en mi vida...

—Yo puedo afirmar que eres lo mejor que me ha pasado, no entiendes lo feliz que me haces, creo que nunca me había sentido así hacia alguien, es aterrador, pero me encanta.–no sabía si era posible sonreír más de lo que ya lo estaba haciendo, pero las palabras de San simplemente me emocionaron.—Gracias.

—¿Por qué me agradeces?–dije confundido.

—Sé que nunca has sido bueno expresando tus sentimientos, pero conmigo siempre has sido diferente. Aprendiste a aceptar tus sentimientos, me permitiste entrar a tu corazón, me dejaste conocer más allá del Wooyoung que todos conocen.–fue inevitable que lágrimas cayeran por mi rostro, las cuales San se encargó de limpiar delicadamente con sus pulgares. No pude retenerme más, y uní nuestros labios en un beso lleno de sentimiento, pero al mismo tiempo tierno. Aquellos labios que se había vuelto mi adicción en estos últimos meses y que adoraba como si fueran lo más precioso que existiera.

Nos separamos por aire y nos quedamos simplemente admirando el rostro ajeno, ambos con enormes sonrisas en nuestros rostros.

—Tengo que ir a la universidad.

—Olvida eso, tengo dinero, te puedo mantener.–lo golpeé ligeramente y comencé a reír.

—Ya, déjame ir. Nos vemos más tarde.

—Bien....

San finalmente me soltó y me dirigí a mi habitación para alistarme. Una vez terminé, salí de la habitación y bajé hacia la sala donde ya todos estaban despiertos.

𝕎𝔼𝕃ℂ𝕆𝕄𝔼 𝕋𝕆 𝕄𝕐 𝕊𝔼𝕏 𝕊ℍ𝕆ℙ - WooSan/SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora