𝕎𝔼𝕃ℂ𝕆𝕄𝔼 𝕋𝕆 𝕄𝕐 𝕊𝔼𝕏 𝕊ℍ𝕆ℙ - WooSan/SanWoo

make love

Ya habían pasado cuatro semanas desde que San tuvo el accidente y mis días de vacaciones también terminaron. San había avanzado bastante en sus terapias, todavía necesitaba llevar una órtesis y pocas veces utilizaba las muletas, en poco tiempo empezaría a ir al trabajo nuevamente. Yo había pasado todas mis materias y nos fue bastante bien en el proyecto grupal, estaba feliz de no tener que volver a tomar esa clase aunque también me alegra haber hecho nuevos amigos gracias a ella.

Hongjoong por fin me había contado lo que pasaba entre Mingi y él, todavía no formalizaban, pero se puede decir que eran exclusivos. Esto no le gustó nada a Seonghwa, supo disimularlo, pero yo sabía realmente lo destrozado que estaba. Yeosang había aprovechado eso como yo le había aconsejado, pero sabía que sería un reto que Seonghwa llegara a olvidar el amor que sentía por Hongjoong.

Yo contaba los días, San se iba mejorando cada día más y yo ansiaba el día que estuviera completamente bien para hacer lo que habíamos prometido. Luego de aquel día, las cosas se fueron poniendo más intensas entre nosotros. Los besos y caricias inocentes se volvían en toques y roces más lascivos, de los que no me quejaba, pero me frustraban sexualmente ya que nunca pasábamos a más que eso. 

—¿En qué estás, amor?

—Termino unos diseños.-sentí que San colocaba su cabeza sobre mi hombro, yo dejé caer mi cabeza sobre la suya.

—¿Lencería?

 —Este... sí.-dije algo avergonzado de que San viera mi trabajo.—Mientras estuve trabajando como probador, noté que no hay mucha lencería para hombres y fue algo que me interesó así que..

—¿Sabes? Nunca había visto tu trabajo, eres realmente talentoso, Woo...-mis mejillas se colorearon de un fuerte color carmesí y le agradecí en voz baja.—Hablo en serio, Woo. Podrías llegar a tener un buen futuro.

—Bueno, eso es lo que más deseo.

—Y estoy seguro de que lo vas a conseguir...-nos quedamos mirando a los ojos, podía ver todo el cariño reflejado en los ajenos y no pude evitar sonreír como idiota.—Ah sí, te vine a buscar porque quiero que salgamos hoy. Solo tú y yo...-dijo mientras repartía besos en la extensión de mi cuello.

—Me encantaría...-se separó de mí con una sonrisa y nos quedamos nuevamente perdido en los ojos del otro. A veces sientoque todo esto era tan perfecto como para creerlo, pero cuando lo veo así, con esos hermosos ojos y contagiosa sonrisa, me doy cuenta que es real.

—Bien, te dejaré solo para que termines. Nos vamos a las 8, ¿sí?

Asentí y él salió no sin antes besar mi cabeza en forma de despedida. Suspiré, realmente estaba estúpidamente enamorado. Seguí terminando los diseños y no me di cuenta que las horas pasaron tan rápido hasta que vi la hora en mi celular, ya eran las 7:30 p.m. Me levanté del escritorio y salí de mi estudio para empezar a alistarme.

—¿Woo? ¿Ya estás listo?-gritó San desde el otro lado de la puerta.

—Sí, ya salgo.-terminé colocándome loción y finalmente salí. 

—Te ves hermoso...

—Exageras...-respondí avergonzado, nunca me aconstumbraría a recibir todos los cumplidos que me hacía San diario.

—Nunca lo hago, eres precioso.-me tomó de la cintura y besó mi mejilla.—¿Nos vamos?

Tomó mi mano y empezamos a caminar a su carro. San todavía no podía manejar así que usaríamos el chófer. El viaje fue silencioso, pero para nada incómodo, y en poco tiempo llegamos a un restaurante de comida coreana tradicional, me emocioné al instante. Entramos y fuimos sentados en una mesa que San había reservado desde antes. Era en un lugar más privado y no estaba lleno de gente, bastante agradable.