Capítulo 16

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He aquí el último capítulo:)
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Lina

Me despertó el ruido de alguien tocando la puerta. Fuera quien fuese, le golpearía en cuanto la cabeza dejara de dolerme.

—Lina, ¡despierta!—escuché la voz de Bastian a lo lejos.

—¿Qué te ocurre?—preguntó Keila.

—Está abajo.

—¿Quién está abajo?

—Quién crees— volvió a gritar y tocar la puerta—Lina ¿podrías despertar ya?

Acepté que era el momento de enfrentar mi realidad y hablar con mi tío sobre lo de ayer. Tomé más de lo que debía, así que entendería si su paciencia conmigo se había terminado. Por suerte ésta vez, no había vomitado, eso significaba que no me tocaría limpiar mi desastre.

Me levanté de golpe y me arrepentí inmediatamente cuando la cabeza comenzó a darme vueltas. Caminé hacia la puerta y la abrí para encontrar a Keila y Bastian hablando en voz baja, aunque en cuanto me vieron fingieron normalidad.

—Cámbiate—ordenó Bastian.

—No me molestes ahora—dije sobándome la sien.

—Bien—respondió con una sonrisa burlona en el rostro— baja ya.

Él se adelantó y bajó a toda velocidad.

Miré a Keila con indiferencia y ella asintió confirmando que se sentía igual de mal que yo, pero había una chispa de felicidad en su mirada. En ese momento recordé al chico rubio con el que ella había estado y le sonreí.

Keila entró a su cuarto y yo bajé las escaleras sin muchas ganas, preparándome para que mi tío hablara conmigo. Estaba un tanto nerviosa, pero según yo, no había incumplido ninguna de las reglas, salvo probablemente haberlos despertado con mi escándalo cuando llegamos a casa.

Mi nerviosismo se transformó en confusión cuando en vez de ver a Tío David con un té de manzanilla en la mano, vi a Bastian y Cooper platicando en la estancia como si fueran amigos de toda la vida.

—Es lo que yo te dije ayer, Coop—dijo Bastian riendo.

¿Coop?

—Ya lo sé, moco... pero parecía que lo eran.

¿Moco?

Al notar mi presencia ambos enfocaron su atención en mí.

—¿Ves? Te dije que sentía celos de mí—me dijo Bastian— Pero no puedo culparlo, soy irresistible.

—Lo eres—confirmó Cooper.

—Bésame.

Ambos hicieron el ademán de besarse pero se apartaron en el último segundo.

¿Ayer se odiaban y hoy hasta quieren besarse?

—Dejemos de hacer eso o se pondrá celosa— dijo Bastian señalándome.

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