Capítulo 21

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Es un capítulo largo, espero les guste.
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Cooper

—¡Eso es trampa!—dijo mi hermano mientras jugábamos videojuegos.

—No es trampa si no te diste cuenta.

—Pero sí me di cuenta.

—Gané de todas formas.

Logan me lanzó un cojín en la cara y yo se lo devolví.

Miré rápidamente mi celular con la esperanza de que Lina me hubiera enviado un mensaje, pero no.
Estuve pensando en ella todo el día, intentando descifrar que era lo que había pasado, pero sabía que hacer suposiciones no me llevaría a nada.
También pensé en llamarla, pero no quería presionarla.

—Vamos a preparar la cena—le dije a mi hermano— ¿quieres ravioles?

Logan asintió con su cabellera rubia y bajamos a la cocina. Mientras yo cocinaba, él fingía ayudarme cuando en la realidad solo veía la televisión en la estancia.

Después de unos cuarenta minutos la cena estaba casi lista y los adultos responsables de la casa, llegaron.

—Hola, Callum—saludó mi madre entrando a la cocina.

—Mmm huele delicioso—dijo Tomas detrás de ella.

Tomas no era mi padre biológico pero yo siempre lo había considerado como tal.
Desde el divorcio de mis padres él se había convertido en la persona que hacía feliz a mi madre y la figura paterna que mi padre biológico nunca luchó por ser para mí y mi hermano.

Tomas siempre había insistido que lo llamáramos por su nombre porque no quería quitarle ese lugar a mi padre, pero a mi no me importaba. Siempre me refería a él como mi padre porque para mí, lo era.

Comencé a servir la comida en los platos cuando mi hermano entró a la cocina.

—Hola, corazón. ¿Cómo estás?—saludó mi madre.

—Bien, pero yo sé de alguien que no está tan bien—dijo mirándome durante unos segundos.

—Preguntó sobre ti, no sobre alguien.

—¿Qué pasa?—me preguntó mi madre.

Suspiré.

—Aún no tengo los resultados de mi examen.

—¿Pero no se supone que llegan hasta después de navidad?—preguntó mi padre.

—En teoría sí. Pero los resultados para Francia ya debieron haber llegado.

—No te preocupes—dijo mi padre— seguro hay un retraso.

—Además eres muy bueno, Callum—agregó mi madre.

—Eso del examen es triste—dijo mi hermano—pero no me refería a eso, yo hablaba sobre la chica con la que sales.

Lo miré con cara de pocos amigos y él sonrió.

—Que pena—suspiré mirando los platos—solo alcanza la comida para cuatro personas.

—Da igual, no tengo hambre.

Y sin decir más, salió de la cocina dejándome con mis padres, que me miraban con interés de saber más sobre el tema de Lina.

Ya les había contado a ambos sobre ella. Mi madre me recomendó el estudio de baile y mi padre me dijo que el Cirque Du Soleil estaba en la ciudad.

No quería darles muchos detalles solo platiqué que estábamos en un momento complicado y que estaba muy confundido.

—Dale espacio, Callum... a veces es lo que necesitamos—dijo mi madre.

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