Lina
Cooper pasó por mí el día y hora que acordamos con ropa cómoda para no robar bancos.
Decidí usar un leggins negro y una playera blanca de manga larga, era ropa cómoda y multifuncional.
Él vestía una sudadera negra, un pants azul y un gorro del mismo color.Íbamos a pie camino al metro. No me importaba caminar pero sin duda el frío comenzaba a ser notorio, así que agradecí en cuando subimos al vagón.
—¿Cómo te fue en el examen?—pregunté.
—Supongo que bien—dijo encogiéndose de hombros—No hice el examen para la universidad en Paris. Mi madre me convenció de hacer un examen en el que tienes la oportunidad de estudiar en cualquier país de Europa.
—Y si te aceptan, ¿seguirás eligiendo Paris?
—Aunque pase el examen,no puedo elegir. Las universidades eligen a los candidatos becados, así que con mucha suerte consigo pasar el examen y me aceptan en algún país, pero sinceramente, dudo que sea Francia.
—Sé que lo lograrás—dije tomándolo de la mano provocándole una sonrisa.
—¿Y tú aún no tienes una idea de qué quieres estudiar?
Negué con la cabeza.
—Yo cuando era pequeño quería ser policía. ¿Tú qué querías ser?
—Bailarina de Ballet.
Cooper me miró sorprendido, sacó su celular para revisar algo rápidamente y seguimos hablando.
—Mmm. ¿Y cuándo empezaste a bailar?—preguntó.
—Cuando tenía 4 años. Al principio le decía a mi madre que la música me aburría, porque "era muy lenta" además de que la voz de mi profesora te hacía querer dormir a la mitad de la clase—dije divertida—Afortunadamente llegó un profesor más joven, que era igual o peor de exigente. Y aunque al principio las clases eran una tortura, me acostumbré. Con el tiempo comencé a sentir y escuchar la música con claridad, mi cuerpo se movía de manera involuntaria y aunque sabía los pasos de memoria, sentía que todo fluía sin necesidad de pensarlo, mi cuerpo se movía solo.
Cooper me miraba con una pequeña sonrisa.
—Era increíble sentir que solo estábamos la música del piano y yo, lo disfrutaba tanto que no podía evitar sentir mariposas en el estómago y sonreír. De hecho, mi profesor siempre me regañaba por sonreír, decía que la cara debía estar relajada, ¡pero no podía evitarlo! Incluso comencé a hacerlo a propósito para que se molestara, pero después me arrepentía cuando me gritaba—agregué con una sonrisa—Más adelante, le dije a mis padres que quería tomar la danza más en serio, así que me inscribieron a una academia dónde nos preparaban de manera profesional para cuando las compañías tuvieran audiciones.
—Wow ¿querías bailar profesionalmente?
—Sí—respondí cabizbaja.
Cooper notó mi cambio de humor y supo arreglarlo.
—Yo siempre quise aprender a bailar.
—¿En serio?—dije divertida.
—Sí—Cooper sonrió dejándome ver el hoyuelo en su mejilla—pero, nunca tuve la oportunidad de aprender. Hoy parece un buen día.
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Zona Azul
Teen FictionLa gente siempre habla de lo difícil que es encontrar tu pasión¿cierto? Pero nunca hablan de lo que pasa cuando la encuentras y la pierdes. Eso le ocurrió a Lina. Perdió lo que más quería en el mundo, la motivación y la razón por la que se levanta...