Capítulo 29

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Lina

—Estoy en desacuerdo en comprar un vestido solo para eso—dijo Keila pasándome uno diferente.

Cameron me llamó hace un rato para invitarme al evento de caridad que sería mañana en la montaña. Aunque bueno, Callum ya me había invitado para ir como su acompañante, pero dudaba que quisiera verme.

—No seas negativa—le dijo Bastian desde las sillas de los probadores de la tienda—pareciera que no eres partidaria del amor.

—Sí lo soy. Solamente que cuando conoces a alguien, me parece relevante que mencione que tiene un hermano gemelo, de no hacerlo podrías...no sé, tal vez BESARLO POR ACCIDENTE.

Una parte de mí se sentía culpable por haber besado a Cameron, pero yo ni siquiera sabía de su existencia.
Intenté explicarle a Callum que genuinamente no era lo que parecía. Tenía unas ganas inmensas de llorar de desesperación, me sentía ansiosa todo el tiempo y el nudo en el estómago no había desaparecido desde que vi a Callum por última vez.

Yo solo quería que supiera la verdad, pero no podía localizarlo.

Lo había llamado más veces de las que podía contar pero no respondía, y mis mensajes caían la vacio, ni siquiera se molestaba en verlos.
Cameron también había intentado localizarlo, pero tampoco respondía.

Sabíamos que estaba en casa de Matt porque le avisó a su madre que se quedaría ahí unos días.

Cameron y yo teníamos la esperanza de que cuando fuera a su casa por el equipo de ski, podríamos interceptarlo. Pero, para nuestra sorpresa, fue Matt quien visitó la casa. Al vernos ahí, nos puso mala cara, tomó el equipo y se fue.

Supongo que le contó a su amigo, porque al rato de que se fue, Callum me bloqueó de todas las redes sociales existentes.

Así que ahora, la única oportunidad que tenía para hablar con él, era en el evento.

—Ya, basta—dijo Bastian—Todos cometemos errores ¿cierto Lina?

Asentí fingiendo una sonrisa mientras abría la cortina del vestidor.

El vestido era tornasol, a simple vista era gris, pero con movimiento podía apreciarse un poco de azul y morado. Era ajustado de la cintura y en la espalda tenía un par de lazos que dejaban la espalda descubierta. Me gustaba mucho.

Al verme, Keila esbozó una sonrisa y Bastian se acercó para darme una vuelta.

—¿Entonces éste?—pregunté sonriente.

—Ese—dijeron al unísono.

Fuimos a la caja y pagamos el vestido.

—Buena elección—dijo Bastian al salir de la tienda—No te ofendas, pero con el amarillo parecías pollo.

—¡Tú insististe para que me lo probara!

—¿Y quién te dijo que tengo buen sentido de la moda?

Puse los ojos en blanco y nos sonreímos.

Miramos a Keila a lo lejos, quien se reunió con Oliver para ir a comer con sus padres.

Nos despedimos de ellos a distancia y no pude evitar pensar en Cooper, bueno en Callum.

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