Capítulo 39

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Ness

El fin de semana pasó volando, ahora me encuentro de nueva cuenta en mi habitación desempacando mientras Lily juega con aquellas muñecas que había comprado en México en nuestro último viaje juntos.

Saco de la maleta el vestido que me puse en la primera noche que Massimo me invitó a cenar, una sonrisa se instala en mis labios viendo por el espejo que está en mi cuarto. De solo recordar lo que pasó me sonrojo, echo mi cabeza hacia atrás pasando por mi cuello mi mano derecha hasta que un par de golpes en la puerta me sobresalta haciendo que el vestido se caiga al suelo.

—Pase.

Ingresa mi mamá y pongo el vestido para la ropa que hay que llevar a la tintorería para que se lave. Cuando llegué a la casa, Damon estaba llegando también junto con mi hija y mis padres habían salido, así que estábamos en la habitación.

—Me dijeron las personas del servicio que habías vuelto. ¿Cómo te fue?

—Muy bien mamá, disculpa que ya no te haya llamado, fue un fin de semana ajetreado. Massimo nos inscribió a muchas actividades.

—¿Ah sí? ¿Y qué hicieron exactamente?

—Nos anotó en el kayak, pasamos una tarde en el spa del hotel en donde los masajes fueron increíbles, incluso rentó unas cuatrimotos para ir a pasear por los alrededores del hotel.

—¿Y ya?

—Platicamos mucho, mamá. La comida del hotel estaba increíble.

—¿Y ya sabe todo?

Niego un poco mientras veo a Lily quien estaba recostada viendo uno de los videos en la tableta.

—No mamá. Justamente hoy tengo que decirle todo, más después de lo que pasó.

—¿Y qué pasó con exactitud? —Cuestiona con una sonrisa ladina, lo que me hace sonrojar y sacudo la cabeza un poco.

—Me besó mamá, fue algo increíble.... —Paso mi dedo índice por mi labio inferior y cerrando los ojos un poco, aún recordaba la sensación.

—¿Solo un beso?

—No mamá, la verdad es que nos dejamos llevar por el momento, ya sabes.

—Veo que el fin de semana fluyo mejor de lo que él esperó.

—No tengo idea de qué fue lo que pasó exactamente, solo sé que ese beso despertó algo en mi interior, siento que después de ese encuentro las cosas son diferentes entre nosotros.

—¿Te hace feliz?

—Es muy precipitado para decir eso, con Damon corrí en la dirección que él me indicó y no quiero volver a repetir lo que ocurrió.

—Lo sé, hija, pero no te había visto así desde...

—Desde Damon. —Admito mientras asiento y veo a mi hija cerrar sus ojos, lo que me hace sonreír. La señalo con la mirada y mi mamá la voltea a ver unos segundos antes de volver a verme.

—No sabes cuánto la extrañé.

—Dudo que la hayas extrañado cuando....

—¡Mamá! —Grito un poco, haciendo que Lily se despierte y vuelva a ver la pantalla que continuaba reproduciendo aquel vídeo. Me acercó a ella y le quito los zapatos para que esté más cómoda seguido de darle un beso en su cabeza.

—Deja allí la ropa, ahora mando a que lo arreglen todo. Tú disfruta de Lily. Por cierto, creo que deberíamos de comenzar a considerar opciones para el colegio de la nena.

—Lo sé mamá, mi hija está creciendo con rapidez.

Me recuesto a un lado de mi hija cerrando los ojos unos segundos con una sonrisa, para después abrirlos y ver a mi mamá.

—Las dejó que descansen. —Me arroja un beso y sale de allí dejándome con mi hija, quien comenzaba a quedarse dormida.

No sé en qué momento me quedó dormida, pero lo único que recuerdo es bloquear la pantalla del ipad que usaba mi hija y acomodarme a su lado. Me remuevo en la cama y me estiro, pero no siento a mi hija, lo que me hace abrir los ojos; el ipad no está más, así que sé que seguramente está abajo con mi madre.

La maleta ya no se encontraba en el baúl que estaba frente a la cama color rosa. Mi habitación tiene una enorme cama con un baúl a juego color rosa, tiene un espejo enorme y el armario es lo suficientemente grande como para que la ropa de mi hija y la mía estén en el interior, incluso tenemos un baño propio.

Camino hacia el baño lavándome la cara y las manos antes de levantar mi cabello en una coleta alta. Me coloco unas pantuflas y bajar buscando a mi hija, quien estaba en el jardín con su maestra que viene cada día a enseñarle algo nuevo a mi hija. Hoy, por lo que veo, se encuentra aprendiendo más letras del abecedario, esa maestra fue una muy buena inversión, porque mi hija habla mucho más claro y fluido que el resto de los niños de su edad.

Me siento en el sillón encendiendo mi computadora y viendo mi bandeja de entrada de emails, he comenzado un pequeño negocio de mercadotecnia, algo que me apasiona, pero en la empresa de Damon no pude hacer; me he actualizado con cursos de diseño de campañas publicitarias, algunos otros cursos de marketing digital y justo ahora estaba esperando que se abrieran las inscripciones para un curso de fotografía publicitaria.

—No quiero interrumpir.

Gracias a la pantalla de la computadora, puedo ver que Damon está parado justo detrás de mí, suspiro y bloqueo de nuevo la computadora para ponerme de pie y girarme a verlo.

—Si vienes con ganas de pelear, déjame decirte que hoy no estoy de humor.

—No, lamento lo que ha pasado. Pero es verdad que sí hay algo que tengo que decirte.

—Pasa, te escucho. —Señalo el sofá individual a un lado de donde me encontraba yo y se sienta allí.

—Sólo quiero hacerte una pregunta.

—Dime....

—Ness... ¿Tú aun sientes algo por mí?

—¿A qué viene la pregunta, Damon?

—Ahora que tu nuevo amigo está por aquí quiero saber si puedo o tengo aún la oportunidad de que tú y yo...

—Damon, cuando nos divorciamos te dije la razón por la que tomé la decisión.

—Lo sé, pero no dijiste que era por falta de amor, allí supe que tú me amas.

—Nuestra historia estuvo rodeada de altas y bajas, todo fue tan rápido que ahora entiendo que no haya funcionado. El motivo por el que te pedí el divorcio fue por todas las mentiras que nos separó y el miedo de que eso afectará aún más a mi hija. Ahora mira, ella tiene una vida increíble, disfruta a sus padres y crece feliz.

—Yo quiero que tú y yo estemos juntos de nuevo, Ness. No he podido olvidarte, todo este tiempo he mantenido vivo tu recuerdo y no sabía que tenía esa capacidad de amar.

—Buenas tardes.

La voz de Massimo detrás de mí me hace suspirar, sabía que este encuentro sería con mucha más tensión de los anteriores. Y eso, implicaba mucho peligro para mí, que siempre terminaba en medio de ambos. 

Tu firma en mi pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora