Capítulo 38

53 3 4
                                    

Ness

El vuelo fue maravilloso, aunque me hacía falta Lily, desde que la adopté jamás había estado lejos de ella, a menos claro de aquel terrible secuestro.

—Tranquila, ella está bien.

—Lo sé, pero desde que la tengo no he viajado sin ella, me hace falta. Y pesé a todo, su padre se asegurará que se encuentre bien.

—Espero que algún día me cuentes bien la historia de ambos.

Massimo sabía que soy divorciada, quien era mi esposo, pero no entramos en detalles, no sabe quién es la madre biológica de Lily y mucho menos los verdaderos motivos de mi separación con Damon. No me ha presionado con eso y tengo mucho que agradecerle porque es un tema bastante delicado además de confuso.

—Algún día, pero no es de ningún modo una historia de amor.

Ya nos encontrábamos en el lobbie de aquel hotel donde nos quedaríamos ese fin de semana, era cierto que veníamos para que Massimo cierre un trato importante, pero no trabajo con él. Me invitó a viajar con él para despejarnos un poco, mi madre le hizo segunda a él y no tuve más remedio que venir.

—Bien, toma, aquí está tu llave. Mi habitación es la de enfrente. Vamos.

Tomo aquella llave para la cerradura de la habitación y nos dirigimos al elevador, un comentario de mi madre no abandona mi mente: "Cariño, se nota que Massimo está enamorado de ti y por eso tantas atenciones. ¿No ves la forma en la que mira a Lily o como se le ilumina el rostro cuando te ve?". Claro que lo había notado, pero no me sentía lista para considerar el rehacer mi vida junto a cualquier hombre; mentiría si no admito que cuando estoy con él me siento increíble, algo que no me pasaba seguido.

Llegamos a nuestras respectivas habitaciones, él se dirige a la suya y yo apenas cierro la puerta, saco mi móvil para llamar a mi mamá.

—Hola mamá. Vengo llegando a mi habitación.

—Me da gusto cariño. ¿Todo bien en el vuelo?

—Todo bien, aunque extraño a mi hija.

—Te entiendo cariño, pero está con Damon y todo estará bien.

—¿Te digo algo? No he dejado de pensar en lo que me dijiste respecto a Massimo.

—¿Qué hay de malo con eso, cariño?

—No es que tenga nada de malo, sólo que siento que es muy pronto. Digo, después de Damon y todo lo que ese matrimonio me dio siento que merezco un tiempo para mí ¿No crees?

—Hija, hace años cuando ocurrió aquella tragedia recuerdo que me dijiste que no volverías a amar por lo que pasó. Pero yo me di cuenta cómo te enamoraste de Damon pese a las circunstancias en la que se vieron envueltos, brillabas, te veías feliz. Y lo único que yo espero es que puedas recuperar ese sentimiento.

—La vida me ha enseñado que el amor puede hacer mucho daño.

—No, cariño, la vida está lleno de altas y bajas, no todo es felicidad, lo mismo ocurre con el amor. Y no por miedo a sufrir dejarás de vivir.

—¿Entonces quieres que acepté a Massimo?

—No estoy diciendo eso, lo único que quiero es que no te cierres a la posibilidad de volver a experimentar algo bonito.

—Lo pensaré mamá, aunque si algo debo reconocer es que cuando estoy con él me siento cómoda.

—Es un avance.

Un pequeño sonido proveniente de mi móvil me hace alejarme del móvil viendo la pantalla, Damon.

—Mamá, tengo que irme, te hablo más tarde.

—Cuídate cariño, disfruta tu viaje y pásalo increíble. Te amo.

—También yo mamá.

Terminó la llamada y respondo a Damon, quien parece que no dejaría de insistir.

—¿Qué ocurre Damon? ¿Está bien mi hija?

—Creí que no te interesaba nuestra hija, como estás con ese italiano...

—Damon, no dejaré que pongas en duda mi rol como madre. Te respondí para saber cómo está mi hija, no para que me cuestiones lo que hago.

—Bien, lo siento, no sé qué me pasa cuando pienso que estás en un cuarto a solas con él.

—No sería la primera vez, cuando estuve de vacaciones con Lily, él nos acompañó muchas noches.

Una sonrisa se instala en mi rostro, últimamente molestarlo y hacer que se enojé por algo que no pasa se ha vuelto mi actividad favorita.

—¿Me dirás como está mi hija o tendré que llamar a tu madre?

—Está bien, acaba de comer y se encuentra jugando justo a un lado de mí.

—Bueno, hablaré más tarde con ella porque tengo que ir a cambiarme, me espera Massimo.

—¿Cambiarte? ¿Estás desnuda?

—¿De qué otro modo estaría en el baño?

—Aún recuerdo tu cuerpo.

—Ay Damon, nos vemos.

Y antes de que pueda decir algo, termino la llamada subiendo la maleta a aquella cama abriéndola para poder elegir qué usar. Massimo me dijo que iríamos a cenar a un lugar especial. Termino eligiendo un vestido blanco de tirantes, corto y con un escote pronunciado junto con unos tacones a juego con el vestido. Me doy un baño rápido para prepararme.

Luego de unos minutos, salgo de mi habitación y toco la puerta de la de él, segundos después me abre viéndolo con su torso al desnudo.

—Creí que estarías listo...

—Disculpa, me quedé dormido un poco. Pasa.

Me quedé inmóvil, pero él toma mi mano jalándome al interior de la habitación, que es justo igual que la mía. Camina hasta donde está su camisa y se la pone viéndome.

—Te ves preciosa, incluso diría que superaste mis expectativas.

—Dijiste que me vistiera formal, así que.

Digo antes de dar una ligera vuelta frente a él. Se acerca y me sostiene de la cintura sin dejar de verme, lo que hace que me sonroje un poco.

—Creí que podría soportar un poco más, pero la verdad es que me encantas y si esto trae repercusiones, las aceptaré.

Y sin más, se acerca a mí subiendo una de sus manos a mi nuca para finalmente besar mis labios. Los primeros segundos me quedó inmóvil pero poco después reacciono y llevo mis manos a sus hombros pegándome a él para corresponder aquel beso, lento pero delicioso, la verdad.

Tu firma en mi pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora