Capítulo 41

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Damon

—Vamos, Ness, mis padres te invitaron a comer con nosotros esta noche, hoy no es mi día con Lily, así que estás más que invitada.

La escucho suspirar del otro lado de la línea y sonrío ampliamente, sé que significa eso, así que mi plan va de lo mejor.

—Bien, nos vemos allá. Iré a cambiar a la niña.

—De acuerdo, un beso.

Termino la llamada y me giro a ver a mi madre quién sonríe ampliamente y asiento. Después de salir de casa de Ness ayer, le pedí un consejo, y bueno, tras mucho pensarlo creemos que la mejor forma de mantenerme cerca es comprensible, cariñoso y atento con ambas, teniendo como arma a mi favor, la adoración de mis padres por Lily.

—Te dije que funcionaría. Suerte que pedí desde la mañana que preparen todo en casa.

—¿Tan segura estabas que Ness me diría que sí?

—Completamente. —Dice limpiando la comisura de sus labios de aquel café que bebía.

—¿Y papá va a estar? —Cuestionó, ya que la situación con él se ha ido agravando al grado de que casi ni me hablaba.

—Le dije que vendría Lily, así que dudo que no esté presente. Además, aún tengo la esperanza de que ustedes solucionen sus diferencias.

—Sabes que eso no ocurrirá. Jamás me perdonará por haberme divorciado, ¿Recuerdas la primera discusión?

*Flashback*

Hace apenas unas horas que había firmado el divorcio con Ness, después de muchas semanas de evitar que se lleve a cabo, supe que no tenía forma de evitar que ocurriese, así que terminé accediendo a hacerlo.

Me sentía lleno de ira, porque todo lo que siento por Ness y el amor por Lily no fue suficiente para mantenerlas a mi lado. Llegó a la casa de mis padres, porque no he sido capaz de poner un pie en la casa en la que viví con ellas, he vivido allí desde que Ness salió del hospital.

—¿De dónde vienes? —Cuestiona mi padre sentado en el pequeño comedor del jardín quitándose las gafas de sol.

—Del juzgado.

—¿Y qué hacías allá?

—Vengo de firmar el divorcio con Ness. —Digo sentándome frente a él cerrando los ojos hasta que un golpe en aquella mesa me hace enderezarme.

—No cabe duda de que eres un imbécil. Creí haberte educado de mejor forma.

—¿Qué estás diciendo?

—Un hombre como tú y cómo yo no hubiese dejado a su familia, así como así. Has dejado a tu hija sin un hogar estructurado.

—Todo esto es mi culpa y si seguía aplazando este día, Ness no querría verme jamás. Opté por el mejor de los males.

—¿De qué forma todo esto es algo bueno? Me has decepcionado.

Dice él y me pongo de pie, me sentía lo suficientemente mal como para discutir con mi padre.

—¿Sabes qué, papá? No tengo ánimo de continuar con esta plática, es evidente que jamás nos vamos a poner de acuerdo con esto.

Doy media vuelta y camino un par de pasos hasta que me sostiene del hombro, se pone enfrente mío; su mandíbula se encuentra tensa. Su puño izquierdo se lanza en mi dirección, pero lo esquivo con facilidad, después golpean mi abdomen haciéndome doblar hacia el frente. Y después de eso, si me golpea el rostro haciéndome tensar la mandíbula. Me enderezo y lo sostengo de las solapas de su traje.

—Detente. —Digo lleno de ira y el con su postura de superioridad eleva una ceja.

—¿O qué?

—Me voy a defender, que no se te olvide que fuiste tú quién me enseñó box.

—Creí haberte enseñado muchas cosas, pero dejaste ir a la mujer que elegimos para hacerte corregir el camino.

—¡Te dije que no te metas más en mi vida, carajo! No tienes ni idea de lo que pasa realmente entre Ness y yo.

—Si no te gusta mi forma de ser, entonces no me vuelvas a dirigir la palabra.

Lo suelto y camino al interior de la casa escupiendo en el jardín la sangre que sale de mi labio. En el camino me encuentro con mi madre, quien me ve con sorpresa.

—¿Qué ocurrió, cariño?

—Pregúntale a tu marido. —Digo y subo a mi habitación con toda la ira reprimida en mi interior.

*Fin del flashback*

—Imposible no recordarlo, apenas y se hablaban. Y cuando decían más de 3 palabras, terminaban peleando. —Dice mi mamá y asiento.

—Así es. Pero la mayoría de las veces él era quién comenzaba a echarme en cara lo que ocurrió.

—Aún tengo la esperanza de que todo se solucioné, sé que lo extrañas y él a ti. Ambos tenían una muy buena relación. Creo que con estos meses que han pasado ambos podrían estar en mejor disposición para mejorar la relación.

Suspiro largamente y asiento un poco sin dejar de verla, la verdad era que tenía razón, siempre he tenido muy buena relación con mi padre y ahora que tengo toda la intención de volver con ella necesito sus consejos. 

Tu firma en mi pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora