Capítulo 36

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Ness

Desde que Damon conoció a Massimo, las cosas no hicieron más que complicarse. Massimo se ha quedado en la ciudad más tiempo de lo que me dijo el primer día que llegó; ha pasado ya una semana y media. He llevado a que conozca diferentes lugares y la mayoría de ellos Lily nos ha acompañado todo el tiempo, algo que me ha ocasionado problemas con Damon.

—No Ness, ya te dije que no me parece que tenga que acoplarme a los horarios que te ha impuesto el italiano ese.

—Damon, te he dicho que nadie me ha impuesto horarios, soy yo quien ha decidido que tendrás hasta mañana, tengo cosas que hacer hoy y necesito a la niña.

—Ness. Te he pedido un favor y quiero pasar el día con mi hija. ¿O es que ahora no puedo?

—No te estoy diciendo que no la puedes ver, pero no son formas de pedirlo.

—Quiero sorprender a mi hija, por eso no quise avisarte antes.

—Damon, la niña aún no termina de desayunar y tengo que cambiarla para los planes que tengo para nosotros el día de hoy. La niña tiene ya una rutina y no puedo cambiarla porque quieras estar con ella en los horarios que no te toca.

—Finito...

—Ah, el italiano está aquí.

Suspiro largamente mientras me interpongo entre Damon y Massimo, quienes evidentemente no se llevaban para nada bien. Mi madre había invitado a mi amigo a desayunar con nosotros y el pleito con Damon en la entrada de la casa se lleva a cabo de manera simultánea.

—Massimo. Te he recordado mi nombre cada vez que nos vemos.

—Ah, eso. Ness. ¿En verdad no me dejarás que pase el día con Lily, pero sí lo pasará con él?

—No Damon, te he dicho que Lily tiene una rutina y tenemos que respetarla. Tiene su primera clase de natación y de ningún modo dejaré que vengas a cambiar los planes.

—Quiero acompañarlos.

—Damon. No.

—Siento que será un día interesante si nos acompaña. Aunque Lily se sentirá más segura si la acompañamos todos.

Termino por suspirar largamente y asiento un poco antes de ver a Damon. Le doy la dirección dónde irá Lily. No es clase de natación como tal, simplemente que desde que regresamos de la playa, decidí que comenzar a llevarla a la alberca al menos dos veces por semana, para que pierda por completo el miedo y además se agudizan sus movimientos motores. Debí de haberla llevado desde que tenía 7 meses, pero en ese entonces comenzaron a complicarse las cosas con Damon y bueno, no tuve cabeza para eso. Pero estoy segura que es algo que le ayudará a Lily porque, además, su reacción en la playa fue muy buena.

Subo junto con Lily para cambiarla porque se encontraba aún con su ropa para dormir. Le pongo su traje de baño y le preparo su maleta que tengo para llevarla a todos lados con lo indispensable para cambiarla después de la clase; sobre su traje de baño de una pieza color rosa, le puse un vestido del mismo color y unas sandalias blancas.

Massimo me esperó en la planta inferior junto con mis padres, ellos no nos acompañan porque tienen cosas que atender, pero Massimo se ofreció a llevarnos y evidentemente, se quedará lo que duré la clase.

También llevo mi traje de baño porque la profesora me dijo que hay que crearle un ambiente de confianza y seguridad a Lily mientras se encuentre en el agua. Supongo que Damon también irá preparado, porque lo conozco y sé lo loco que se pone cuando se lo propone.

Cuando finalmente llegamos, ya estaba esperando Damon, quien de inmediato ayudó a bajar a Lily de su asiento, ella era la más feliz, porque adora a su padre. Algo que no me molesta para nada, porque sé que me ama también a mí, pero la conexión con su padre era única, algo que me causa mucha satisfacción porque amo a mi hija y su felicidad es la mía.

Tu firma en mi pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora