Capítulo 5

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James Hamilton

Nunca me ha gustado cuando a mi hermano le da por hablar conmigo, normalmente cuando me pide hablar en privado es porque sabe que el tema a tratar no me gustará mucho. Es muy obvio cuál será el tema a tratar.

—Te sorprendió el saber que Lucía había vuelto —dijo apenas cerré la puerta de mi habitación.

—Ella es importante para mí. —Me senté en mi cama—. Y claro me sorprendió que haya regresado y no me haya buscado.

—Sé que Lucía es importante, pero me preocupa en qué modo lo es. —Rio—. La chica que hizo que volvieras a hablar en catalán, por lo menos dices una palabra.

Catalán, la lengua materna de mi madre.

—Lo he dicho todo este tiempo —ignoré su comentario sobre el catalán. Eso implica hablar de mi mamá—, es como una hermana menor para mí. —Masajeé mi muñeca derecha.

—Es curioso que siempre lo repitas. —Miró mis manos. Las separé—. Desde preparatoria no has dicho otra cosa que no sean esas siete palabras.

—No entiendo a qué quieres llegar. —Me recargué en la cabecera y subí una pierna a la cama.

—Diego.

—¿Qué con él? —pregunté desinteresado.

—No lo sé —se encogió de hombros—. Me pareció ver qué lo mirabas como a los pretendientes que tenía Lucía en preparatoria.

Reí.

—Veía a esos imbéciles así porque eran eso, unos imbéciles que solo querían usarla.

Asintió lentamente.

—Héctor de verdad la quería y tú no permitiste que se acercara a ella.

Apreté mi puño.

—¿Por qué estás retomando las cosas de preparatoria? —cuestioné molesto—. ¿Tan preocupado estabas por la vida amorosa de Ana Lucía? Pues ya no debes de estarlo, está casada y tiene un hijo con ese im... —Me callé al instante.

No puedes ser tan obvio, James.

—¿Ese qué? —Se cruzó de brazos—. ¿Cómo le ibas a decir a Diego?

—Ese hombre —dije lo más calmado que podía estar e hice un gran esfuerzo por no juntar mis manos.

¿Por qué cada vez que miento, no importa qué tan chiquita sea la mentira, tengo la necesidad de masajear mi maldita muñeca derecha?

Rio.

—Tus reacciones solo me hacen creer que no me estoy equivocando, James.

—No comprendo qué tratas de decirme.

—¿Lucía es solo una hermana para ti?

Sabía perfectamente lo que tenía que decir y cómo decirlo, la mentira que había estado diciendo y había estado manteniendo a salvo mi secreto. Pero al recordar que mi pequeña ahora estaba casada y haya tenido un hijo con él...

Mi voz no salía.

—Desde hace más de diez años que he querido preguntarte, pero por Lara jamás me atreví. Después de ello Lucía se fue y no le vi caso a la pregunta.

—Cada vez me sorprenden más las preguntas estúpidas que haces.

—Tus acciones me llevan a hacerte esta pregunta.

—Mis acciones no te llevan a nada. Es tu mente que crea cosas sin sentido.

—Solo te pregunté si Lucía es solo una hermana para ti, es una pregunta sencilla.

¿Te arrepientes? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora