Capítulo 29

6 1 0
                                    

James Hamilton

—¡Aнгел мой! —caminó hasta ella— Te extrañé demasiado...

—¡Aléjate! —Se detuvo a unos pocos pasos de ella— No quiero que te acerques.

Con todas mis fuerzas y soportando el dolor de mi herida, me senté completamente en la cama. Llamé a Melissa y vino de inmediato a mí.

—Solo quiero hablar contigo —dijo con voz de queda—. Quiero explicarte...

—Leí tu carta, no tienes nada que explicar. —Miró a Lara—. Así como no teníais que secuestrarnos.

—Yo solo quería a tu hermano y al niño para matarlos.

—¿Qué? ¡NO! Quedamos en que solo matarías al bastardo y a esa zorra.

Rio.

—¿De verdad creíste que dejaría a James Hamilton con vida? Por su culpa no puedo estar con mi Melissa. Ese monstruo me dijo eso... —murmuró lo último.

Miré a mi hermana. Ambos sabíamos que sus distintos intereses podían actuar a nuestro favor.

—Debemos sacar a James de aquí a como dé lugar —susurré.

Miramos la cama de James, estaba comenzando a despertar. Melissa se acercó a él y de inmediato lo tranquilizó antes de que se diera cuenta de la situación.

—Todo estará bien —susurró.

Me miró y asentí.

—¿Dónde estamos? —preguntó en el mismo tono en que su tía.

Ella simplemente lo abrazó con cuidado de no lastimarlo y volvimos a mirar a Lara y a Smirnov que estaban discutiendo.

—¡Ese monstruo dijo que todos los Hamilton deben morir! Eso incluye a Jimmy y al niño.

—¡No dejaré que...!

—¿Y yo también? —preguntó interrumpiéndome— ¿Me vas a matar por ser una Hamilton?

Hizo a un lado a Lara y se acercó a nosotros manteniendo una distancia prudente.

—¡Oh, no! Tú no, ангел мой. Él dijo que tú eres nuestra y no dejaremos que nada te pase. Aunque no le gusta mucho la idea de compartirte conmigo, está dispuesto a hacerlo para que seas feliz como antes. Los dos te amamos mucho, Melissa.

—No te creo —dijo firme.

Pero podía ver cómo estaba temblando.

—¿Qué? ¿Por qué no me crees?

—Porque si hubiese sido así, no habrías dejado que Lara me golpeara —se levantó el mechón de cabello junto a su cara dejando ver una herida que comenzaba a cicatrizar.

—¿Ella te hizo eso? —Su tono de voz cambió completamente. Miró a Lara que ahora estaba asustada— ¡¿CÓMO TE ATREVES A DAÑARLA?!

—Fue... un accidente..., ella se metió y...

—¡ME IMPORTA UNA MIERDA! ¡LÁRGATE DE AQUÍ ANTES DE QUE TE MATE! ¡NO QUIERO QUE VUELVAS A ACERCARTE A MI MELISSA, ¿ENTENDISTE?!

—Eres una maldita perra —le murmuró a mi hermana y salió.

—¿Te duele mucho? —Otra vez su tono de voz tranquilo. Como el de un niño— Si quieres puedo pedirles a mis hombres que traigan una enfermera y te cure...

—No te preocupes, ya no duele tanto. —Me miró—. Pero sí quiero pedirte algo.

—Lo que quieras. Sabes que haríamos cualquier cosa por ti, ангел мой.

¿Te arrepientes? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora