Epílogo

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James Hamilton

—Cuida de... nuestro hijo... —intenté decirle "te amo", pero ya no tenía más fuerzas.

Cerré los ojos. ¿Por qué no aproveché más el tiempo que tuve con todos ellos?

—James.

Abrí los ojos y, después de ser deslumbrado por una fuerte luz, pude ver a la persona que había dicho mi nombre.

Mi mamá.

—Mamá.

—¡Oh, mi hijo! —me abrazó fuertemente y comencé a llorar.

—¡Jimmy! ¡Jimmy, no te mueras!

—Perdón, perdóname por ser tan mal hijo. Perdón por no haber ido a España cuando nos pediste que fuéramos.

—No tienes que pedir perdón de nada, James. Sé muy bien que esta era la forma en que sobrellevabas lo que pasó con tu hermana.

—¡Cariño!

—Las abandoné a las dos. Destruí tu más grande sueño.

—No seas tonto, hijo, fuiste tú quien hizo mi sueño realidad. Gracias a ti pude conocer a uno de mis nietos antes de morir.

—¡Hermano!

—Igual... nada justifica lo que te hice.

—¿Quieres remendar lo que hiciste? —se separó de mí. Asentí—. Entonces regresa.

—¿Qué?

—No puedes morir aún, James. Tienes que cuidar de mi nieto y de Ana. Tienes que cuidar de tus hermanos también. Formar una familia. Tienes muchas cosas qué hacer.

—Perdí mi tiempo y todas mis oportunidades.

—¡James!

Escuché su voz.

—Es Ana llamándote. Recién te acabas de enterar que tienes un hijo, ¿lo vas a abandonar?

—¿Y si cometo un error con él?

—El peor error que podrías cometer es abandonarlo.

—¡No! ¡No te vas a morir, estúpido Jimmy! —Comencé a sentir una presión en mi pecho— ¡No dejaré que te mueras!

—Yo creo que tu hermana también te necesita.

Toqué mi pecho.

—¿Qué está haciendo?

—¡Melissa, ya!

—¡Suéltame, Zicky! ¡¿Qué no ves que Ana te necesita, imbécil?!

—Regresa, James. Créeme que cuando realmente sea tu hora, yo seré la primera en decírtelo.

—¡Jimmy, responde! ¡Responde, maldita sea! ¡James!

El dolor en mi pecho al volver a recibir oxígeno de golpe fue lo primero que sentí. En el único segundo que pude abrir mis ojos vi a mi hermana sobre mí y después escuché a todos los demás haciendo mucho movimiento.

—Estúpido, si te morías jamás te perdonaría. ¿Cómo pudiste estar a punto de abandonar a Ana y a James?

(...)

Abro los ojos al escuchar la música a todo volumen. Me levanto y me doy cuenta que Analú no está en la cama.

El feliz cumpleaños.

¿Te arrepientes? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora