Capítulo 10

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James Hamilton

Los tres bajamos del auto. Observaba las tres maletas de Melissa mientras ella hablaba con el pequeño. Mi pequeña parecía tener la misma reacción que yo, o al menos parecida. Por lo que hablamos en mi auto, creo que ella también tenía miedo de que mi hermana volviera.

—Por un momento he creído que no has querido abrirme —me comentó riendo—. ¿Todo ha salido bien?

—Nadia dijo que todo iba bien, aún tengo tiempo para conseguir mi trasplante.

—Me alegro tanto —lo abrazó—. Te prometo que he cumplido mi promesa de no beber alcohol para poder ser la donante.

La miré y después a Analú. ¿Ella es compatible con el pequeño?

—¿Tú...?

La puerta se abrió y la voz de mi hermano proviniendo de ella me lo dijo todo. Así que tú sabías de esto, Zack.

—Melissa, será mejor que espe... —se dio cuenta de nuestra presencia—. James. —Nos miró a ambos y suspiró sin ánimos.

—Así que tú sabías todo esto —dije molesto.

—Te he dicho que esperaras adentro, ¿por qué has salido? —dijo molesta.

—¡Es que nunca sabes hacer nada bien! —dijimos los dos a la vez.

—Será mejor que entremos, no quiero que nuestro reencuentro sea otro ustedes contra mí. —Tomó dos de las maletas de mi hermana y entró a la casa—. Por cierto, Melissa llego a la empresa, así que no te molestes. —Siguió su camino.

Tomé la otra maleta.

—¿Qué hiciste?

—No me has dicho que no sabían sobre mí —dijo divertida. ¡Ay no!—. Vámonos mi vida, saludemos a tus tíos.

—¡Sí! —Entró corriendo con mi hermana.

—Siempre han sido la dupla perfecta para las travesuras —comentó Analú junto a mí—. Tu madre y yo teníamos que estar detrás de ellos, cuidando que no hicieran nada malo. —Soltó una pequeña risa.

No pude evitar reír yo también.

—Creo que mi hermana sigue en la época en qué los dos hacíamos travesuras a todos los lados que íbamos. —Suspiré mientras recordaba esos buenos tiempos. Ahora por mi culpa ya no fue así— Y ahora debo enfrentar lo que se viene con su llegada. —Estiré mi mano para que entrara—. Vamos, es peligroso para ti estar mucho tiempo afuera.

—James, deja de preocuparte tanto por mí.

Puse mi mano en su hombro. Sus ojos azules me miraron fijamente, por un momento quise decirle todo lo que siento por ella, tuve un gran impulso como me solía pasar hace años cuando estaba con ella donde quería decirle que la amo.

—¿Aún no te has dado cuenta?

—¿De qué?

—De que tú eres...

—¡James Hamilton! —La voz de Ben resonó por toda la entrada. Cerré los ojos, lleno de frustración y giré a ver a mi mejor amigo saliendo por la puerta—. Dime ahora mismo qué es lo que somos —dijo dolido—, creí que éramos mejores amigos, cariño.

—Si te vas a poner de ridículo teniendo casi 30 años, hazlo en la casa, no en la calle. —Lo hice a un lado para que Analú entrara, ella lo hizo y después lo hice yo dejando a Ben hasta el final—. Así que trajeron a todos —dije al ver a los otros cinco en mi sala.

—¿Qué esperabas? Acaban de verte en versión mujer —dijo Zack.

—¡WOW! Sí que son muy parecidos, no solo los mellizos, Zack también es muy afín a sus hermanos.

¿Te arrepientes? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora