James Hamilton
Cuando mis hermanos y yo hacíamos una travesura, papá solía sentarnos a los tres en un mismo sillón, dejando a Melissa en el medio y él frente a nosotros de brazos cruzados mirándonos fijamente mientras pensaba cómo comenzar el regaño.
Así estábamos en este momento dentro de la oficina de mi papá. En la misma donde disparé el arma a mis nueve años y esa bala sigue en la pared.
—Tenemos demasiadas cosas de qué hablar, los cuatro —dijo seriamente—, pero antes de eso, —miró a Zack— felicidades, hijo.
Mi hermano se levantó y lo abrazó. Volví a sentir esa sensación que cuando en la camioneta me di cuenta que él tendrá la oportunidad que yo no tuve. Miré aquel abrazo y mi papá me miró. Los dos se separaron y todo fue silencio hasta que volvió a hablar.
—Cuando Zack y yo fuimos a España, tu madre me dio la noticia del embarazo de Lucía. —Asentí—. Me suplicó que no te dijera nada, nos suplicó a tu madre y a mí. Lo hizo por...
—Lara —dije secamente—. Lo sé.
—Te pido por favor que no te molestes con ella...
—Papá, es mi asunto y yo voy a decidir cómo manejarlo.
—No sabrás hacer eso —dijo entre risas.
—Melissa, ya nos hemos metido demasiado en este tema, dejemos que ellos dos se encarguen de ahora en adelante.
—Han pasado 10 años y no han podido manejarlo, ¿qué te hace creer que podrán hacerlo ahora?
Y aunque me molestaba, sabía que tenía razón. No tengo ni la más mínima idea de cómo hacer esto. ¿Qué le diré a mi petita cuando la vea?
—No soy el único que no sabe resolver sus problemas, ¿verdad? —miré a mi hermana.
—Ya te he dicho que eso no importa. Debemos concentrarnos en las cosas importantes y no en tonterías.
—Lo que te pasa es importante.
—Tus hermanos tienen razón, Melissa. —Ella se quejó—. Ustedes dos —nos señaló a Melissa y a mí— tienen muchas cosas que resolver. Creo que es momento que se dejen ayudar por alguien más.
Miré a Melissa y supe que los dos pensábamos lo mismo. ¿Por qué cuernos se están metiendo en nuestras vidas?
(...)
Entro a mi casa intentando hacer el menor ruido posible, pero mi intento se ve arruinado por culpa de Melissa.
—¡Ya llegamos!
—¡Tía! —James salió corriendo por las escaleras para recibirla. La abrazó y después vino conmigo—. Hola, papá.
—James. —Lo abracé y busqué a Analú, pero no estaba—. ¿Y tu mamá?
—Allá arriba. Dijo que quería estar sola.
Miré a Melissa y ella solo se llevó a James con la excusa de que prepararían algo para comer. Subí las escaleras y fui directo a su habitación. Toqué suavemente la puerta y segundos después escuché un «pasa» por parte de ella. Entré cerrando la puerta detrás de mí, me recargué en ella y nos miramos por unos segundos hasta que ella habló.
—No quería que te enteraras de esa manera —murmuró.
—¿Tan solo querías que me enterara?
Miró a otro lado.
—Entiéndeme por favor, no podía decirte sobre nuestro hijo, Lourdes...
—Lourdes. ¿Me ocultaste algo tan importante por culpa de Lara y Lourdes? Te fuiste a España para que no me enterara, fuiste capaz de convencer a mi propia familia de ocultármelo, me mentiste a la cara tres veces y una de ellas fue después de saber lo que Lara había hecho. No creo que haya sido solo por ellas.
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¿Te arrepientes? #1
JugendliteraturÉl tenía una novia. Ella era la hermana de la novia. Ella lo quería en silencio. Él la quería en silencio. Y después de 10 años tendrán que enfrentarse a los problemas de los cuales estuvieron escapando desde que eran jóvenes, teniendo algo que, s...