Capítulo 29

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No se porqué el día de hoy encontré un buen momento para limpiar un poco mi cuarto, tal vez son los libros que ya leí y que están mal apilados o el desastre de mi closet los que me indican que ya es hora de una limpieza.

Me aseguro de sacudir todo el polvo y pelo de gato acumulado en los estantes y muebles, con un pañuelo y limpiador le saco brillo a las ventanas y echo a lavar las cortinas viejas para reemplazarlas por unas limpias. Para finalizar busco la aspiradora para recoger toda la suciedad en el suelo, muevo algunas cosas y por último ruedo un poco la cama, me agacho para recoger unos zapatos y un objeto dorado llama mi atención.

Lo recojo y lo observo detalladamente, es un collar, lo aprecio más de cerca y parece de oro puro, la cuestión es que esto no es mío... pero creo que se a quién se lo he visto...

"Examino con la mirada el lugar para encontrar a la persona que busco hasta que doy con ella en una mesa cerca de la ventana, lleva un suéter beige de cuello alto, un collar sencillo dorado y el cabello recogido, se ve como la gente de aquí"

Pero... cómo llegó hasta acá? ...imágenes llegan a mi mente recordando la única vez en la que Jennie ha estado en mi casa y la única forma en la que esto pudo llegar aquí. Debería devolverlo, aunque es una linda forma de llevar algo de ella conmigo a todas partes... no, tengo de regresarlo, es lo correcto, no se si ella lo habrá dado por perdido o si se encuentra buscándolo por todos lados. Puedo aprovechar que aún es de día para llevárselo.

Termino de limpiar y me arreglo para salir a casa de Jennie a regresarle su collar, podría tomarme el tiempo de caminar pero la temperatura está bastante baja y no quiero resfriarme, por eso tomé directamente un taxi. Esperando un buen rato hasta llegar me puse a vagar en mi teléfono cuando siento que el auto se detiene y supe que ya había llegado.

Me bajo y entro al edificio, ingreso al ascensor y presiono el botón en el piso once, soy una persona poco paciente, por lo que este tipo de pequeñas esperas me desesperan, pero aún así dejo de mover la pierna intranquilamente una vez que llegué al piso indicado. Me dirigí al número de su apartamento y toqué el timbre, retrocedo un paso para dejar un poco de distancia y luego de unos segundos sigo sin obtener una respuesta, entonces intento tocar nuevamente el timbre pero antes de lograrlo se abre la puerta a medias dejando ver solo una parte de su rostro tímido.

- Hola... - saludo con una sonrisa y ella solo me observa, me imagino que no esperaba esta visita, incluso se la ve vestida de manera muy casual con una camisa blanca y un short de jean.

- Eh... hola... - se le escapa una media sonrisa espontánea, nos quedamos viendo fijamente sin saber que hacer o decir, creo que ambas nos perdimos en la otra, y cómo no perderme en ella si cada vez que la veo esta más bonita - Pasa - sacude ligeramente su cabeza saliendo del trance.

Entro a su expresivo hogar donde el televisor de alta gama estaba encendido reproduciendo cualquier serie o película.

- En realidad vine porque... creo que esto es tuyo - capto su atención y le muestro la delicada cadena de oro y su expresión cambia por completo - Está rota pero... creo que se puede arreglar - la toma con cuidado y completamente colorada.

- Honestamente ni siquiera me di cuenta que la perdí, puedes quedártela si quieres - me la devuelve como si se tratara de una piedra en la calle.

- Qué, es una cadena de oro bastante valiosa... -

- Sacada de la última colección de Chanel... ya lo se, fue solo un regalo, no importa - me interrumpe y termina de hablar por mi

- No era precisamente lo que iba a decir... -

- Como sea, si viniste por eso puedes quedártela - se sienta en el mueble y como no se qué hacer o cómo reaccionar me siento junto a ella sin despegar la vista del collar notando que en la parte de atrás del dígen hay una palabra que desconozco en mi idioma

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora