—No lo puedo creer. — ella prácticamente sisea, señalándome con el dedo: — Eres tú.
—Lastimosamente soy yo. — digo con las cejas arqueadas: — Hubiera querido ser Nicholas Galitzine, Robert Pattinson, Leonardo DiCaprio, Brad Pitt o Alex Turner, pero me toco ser Plutón y tú eres la odiosa y molesta Hürren.
Ella extiende mi celular como una evidente señal de que quiere el suyo de vuelta.
Ok, esto es un tanto incómodo y extraño. ¿Qué tanto debe odiarme el destino para colocar a la molesta chica de los tweets agresivos en mi mismo instituto y qué magia negra hizo que ambos chocáramos como en una auténtica película cliché? No veo por qué no hacerlo, así que extiendo su celular y ella el mío.
Soy el primero en tomarlo y mentalmente le doy gracias a Dios porque no tiene ninguna raya. Cuando me fijo en los ojos de Hürren, algo parecido al miedo y rabia mezclada, brilla en sus ojos cuando sus dedos rozan con los míos en el momento en que agarra su celular. Me ve a los ojos y no se mueve, su dedo apenas roza con el mío, pero siento su piel caliente y suave, vuelvo a mirar sus ojos y ella aparta su mano, su respiración sonando apresurada cuando resguarda su celular contra ella, apagando la pantalla.
—Estudias aquí. — dice como si estuviera a punto de llorar de la... ¿Rabia? La verdad es que no lo sé, pero me confunde.
—Sí, lo hago desde primaria. — contesto — Y por lo visto, tú también.
Ella lleva un pantalón holgado y una camisa corta que le llega por encima del ombligo. Es blanca y simple, pero le sienta bien.
Esperen, ¿Por qué he pensado eso?
—¿No podías estudiar en otro lado de Ucrania? — pregunta ella frunciendo la nariz.
Sus ojos me mira con intensidad y la miro como si de ella hubiera salido una gallina con plumas de colores y cabeza de ratón del cabello.
—¿De qué hablas?
—¡No sé qué haces aquí! — ella me señala: — ¿Me estabas espiando?
Ella ha levantado tanto la voz que varios estudiantes de mi curso han concentrado sus ojos en mí.
Fantástico. Ella comienza a decir muchas cosas juntas y seguidas, hablar tan rápido que me aturde y entiendo que debe estar explotando por la manera en la que su boca se mueve excesivamente veloz mientras suelta un certamen de palabras que ni siquiera sabía que podía ir tan juntas.
—¿Quién espiaría a alguien tan molesta como tú? — digo cuando logro obtener el control de mi voz y ella abre sus ojos, cerrando su boca con sorpresa, ya que dura muy poco porque me señala.
—¿Qué acabas de decir?
Su tono es amenazante. Somos casi de la misma estatura y si no fuera por lo molesta que es, Hürren me parecería muy atractiva.
De nuevo, no sé por qué estoy pensando esto.
—Ya lo escuchaste. — digo y me encojo de hombros.
—¡Ay, dios, dame fuerzas para no matar a este hombre con nombre de planeta! — chilla mirando al cielo y la gente a nuestro alrededor la ve como lo que es: una enloquecida gritona de cabello rubio.
—¿Te estás escuchando? — siseo y ella me señala.
—¡No puedo creer que estés en mi Instituto!
—¡Pues yo tampoco puedo creer que estés en el mío! — arrugo mis cejas — ¡No sé, me hace nada divertido saber que estás aquí!
—¡Pues tampoco me hace feliz, verte! — ella me señala: — Así que ojalá no me cruce conmigo más.
—Yo también deseo lo mismo — le digo sin titubear y ella entorna sus ojos, dando un paso hacia atrás.
Menea la cabeza y cuando creo que va a gritarme o decir algo más, ella menea la cabeza y dice:
—No quiero verte, ya que contaminas mi vista.
Y antes de que pueda decirme que ella hace lo mismo con la mía, sale corriendo. Me deja con las palabras en la boca y una sensación extraña que me recorre el cuerpo cuando veo que se aleja con su cabello rubio batiéndose gracias a la brisa.
Miro el suelo y veo la pulsera roja con un dije con la letra 'H' en el suelo y me agacho, tomándola y guardándola en mi bolsillo mientras meneando la cabeza, comienzo a caminar hacia mi clase, teniendo la extraña sensación que dejó cierta rubia temperamental y odiosa que detesto con todo mi ser.
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Lo que nunca quise escribir ✔️
Ficção AdolescenteSoy Plutón Shevchuk y esto es lo que nunca quise escribir.