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«¿Cuántas cosas nos hemos perdido por no ser claros?», leo el único tweet de Hürren en días y siento un nudo en la garganta cuando la recuerdo y aún más cuando intento buscarle una razón a ese tweet que ha estado en mi cabeza no sé por cuánto tiempo.

Pensando en Hürren, recuerdo que he estado faltando a clases de francés para no verla porque aún no siento que tenga la fuerza para afrontarla ni saber si en verdad he dejado de sentir al menos un grado de lo que siento por ella, así como tampoco estoy listo para poner a prueba todas mis sesiones de terapia.

La verdad no estoy listo para afrontar mis miedos y eso está bien, la doctora Chary dice que tengo mi propio ritmo y que cada paso que doy es un gran avance.

Apago el celular tirándolo a la cama para dejar de torturarme y me tiro boca abajo a la cama, haciendo que mi rostro se pegue contra el colchón. Me quedo así, boca abajo, con la mitad del cuerpo fuera de la cama hasta no sé cuánto, solo sé que siento que es suficiente y me alejo.

Cuando lo hago, me siento culpable por bloquear de WhatsApp a Alexander (mi amigo) porque subió una foto con su primo (El Alexander de Hürren), pero agradezco que no se ha dado cuenta, porque no habría una disculpa que valga para la inmadurez que hice.

Me paso las manos por el rostro, sintiéndome ansioso porque hoy mamá tendría el pequeño juicio contra mi padre al que no quise asistir porque tampoco estoy listo para afrentarlo a él.

Creo que mis miedos siguen siendo muy fuertes y recuerdo una conversación con la doctora Chary.

«—A pesar de su función protectora, el miedo puede convertirse en un problema cuando toma el control de nuestra vida y afecta a nuestro funcionamiento, ya que ellos son irracionales, tóxicos y nos limitan enormemente nuestro potencial. Debes afrontar tus miedos para alcanzar la verdadera libertad».

Suspiro. El celular me vibra con una notificación de WhatsApp, que me hace salir de mis pensamientos y no es necesario mirar la pantalla que se ilumina para mostrar la notificación porque ya sé de quién se trata.

Ya sé de quiénes se trata, mejor dicho.

Es nuestro grupo y veo que el único mensaje, después de semanas, es el de Miriam. Trato de ignorar que arriba de ese está la despedida de Daniel y trago saliva cuando leo lo que ella escribió.

Miriam: Ya son dos meses.

Tecleo sin poder contenerme.

Plutón: ¿En verdad el tiempo está pasando así de rápido?

Miriam contesta.

Miriam: Pero sigue doliendo como si fuera ayer

El suicidio de Daniel me marcó.

Ya no sé qué hacer para soportar el dolor

que me causó

su perdida.

Valentina aparece «escribiendo» y luego su mensaje aparece en el chat.

Valentina: Ese hecho me marcó y nos marcó a todos. Aunque ha transcurrido su tiempo, aún me parece un libreto de película, pero lamentablemente fue real. El dolor que Daniel dejó en todos es real, pero apuesto que él odiaría vernos así de mal.

Me tenso y mi mente evoca las palabras de la doctora Chary.

«—Cuando un ser querido muere por suicidio, las emociones pueden abrumarte. Tu sufrimiento puede ser desgarrador. Al mismo tiempo, podrías estar consumido por la culpa, preguntándote si podrías haber hecho algo para evitar la muerte de tu ser querido. Después del suicidio de un ser querido, es posible que sientas que no puedes seguir adelante o que nunca volverás a disfrutar de la vida. En realidad, siempre te preguntarás por qué ocurrió, y recordarlo puede desencadenar sentimientos de dolor incluso años después. Sin embargo, con el tiempo, la cruda intensidad del duelo se disipará. Comprender el complicado legado del suicidio y cómo hacer frente a un sufrimiento palpable te puede ayudar a sanar, sin dejar de honrar la memoria de tu ser querido. — Ella hace una pausa — El suicidio sigue siendo un tabú, lastimosamente. Es por eso que si tu salud mental no va bien, debes detenerte, reconocerlo y trabajar con eso. Tenemos que estar vigilantes, Plutón. Cuidarnos a nosotros mismos más que nada porque nacimos para ser felices. Podemos y somos capaces de desarrollar herramientas para manejar los sufrimientos que trae la vida. La salud mental no es algo trivial. Hay que vencer los tabús de la sociedad y buscar las ayudas correspondientes. Hay que prevenir caer en crisis emocionales severas. Hay que hablarlas, exteriorizarlas y compartirlas. Necesitamos educarnos más sobre el tema, recuperar el amor propio y crear estilos de vida saludables».

Lo que nunca quise escribir ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora