Capítulo 34

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Vicco

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Vicco...

-Puta mierda- al llegar al hotel en Alemania, me sentía muy mal. No pude girar a verla una ultima vez, porque sabia que si la veía llorando me regresaría y mandaría a la mierda toda la operación. Pero también sabia que esa era la única oportunidad que el Director nos daría para poder dejarlo todo.

No mas asesinatos, no mas mentiras, no mas ponerla en peligro por nuestro trabajo y pasado. Seria todo borrón y cuenta nueva, un sueño.  

-Quiero volver- Piero quien estaba acostado en mi cama bufo -la extraño demasiadooo- alargo la palabra, haciendo un berrinche. 

-¿Crees que yo no?- lo empuje un poco para que me dejara espacio en el colchón -y vete a tu cuarto, mañana arrancamos con el reconocimiento del terreno y el seguimiento del tipo- 

-miñini irrincimos- antes de que siguiera con la burla golpee su estomago -eso dolió-

 Tome mi móvil y busque su contacto, pero solo llevaba un par de horas sin verla y no quería agobiarla con llamadas. Por lo que decidí llamar al castaño para que me informara como estaba ella. 

-¿Qué quieres?- esa manera dulce de responder, a veces me daban ganas de matarlo. 

-Hola Fausto, nosotros llegamos bien- 

-No me importa, ¿Qué quieres?- 

-Ella...- suspire. 

-Olivia esta bien, cuando los vio irse lloro un poco pero luego se le paso, fuimos a comer algo, pasamos la tarde viendo tiendas y la deje en tu apartamento, supongo que estará cenando o a punto de dormir- 

-¿Nuestro apartamento?- 

-Si, ella quiso quedarse allí-

Al saber eso no pude evitar sonreír pensando en ella, como si ese fuera nuestro hogar. Y las ganas de volver regresaron, -Bueno muchas gracias, adiós- 

-Si si como sea, no mueran. Por ella- 

-No lo haremos- 

Al salir de la llamada, su foto en mi fondo de pantalla se visibilizo y la toque con mi pulgar -no voy a dejarte sola, después de esto. Ya no nos separaremos.-

Los siguientes días fueron estructurados y aburridos, pasábamos la mayor parte del tiempo siguiendo a nuestro objetivo y armando los planos del edificio donde vivía. Lo unico bueno eran los momentos en los que llamábamos a Olivia  y ella nos alegraba el momento tan solo con hablar. 

La información obtenida decía que se trataba del ministro de salud, quien al parecer estaba en contra de un proyecto privado por parte de una empresa de la cual al buscar el nombre o datos no encontramos nada extraño. 

-Esto es muy simple- mi hermano se quito los binoculares y me miro -muy simple- 

-Lo se, también me parece raro- 

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