Piero sostenía mis piernas mientras Vicco acariciaba mis pechos, ambos tenían la respiración acelerada mientras a mi me faltaba el aire.
-Vuelves a decir que no nos conoces- el rubio que tenia delante me tomo del mentón -y te follare frente a todos...
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Vicco...
-Estas huelen riquísimo - señaló unos sobres que contenían mascarillas.
-¿Cuando accedí a esto?- Piero levantó la mano para hablar.
La pelinegra se encogió de hombros y siguió -también traje unas que son para los pies y las manos-
Rei viendo en entusiasmo en su rostro. -Amor-
-Dime- dejó todo los productos en la cama.
-¿Por qué debemos hacer esto?-
-Para quedar mas bonitos-
Mi hermano se cruzó de brazos -yo ya soy bonito y a ti no hace falta que te vea nadie mas-
-Piero..-
-No, porque luego yo golpeo a alguien y tu te enojas y me dejas-
Gateó hasta él sentándose en su regazo -no me voy a enojar-
-¿Entonces si puedo golpear a los tipos que te vean?-
-No-
Bufo.
-¿Comenzamos?-
-Soy todo tuyo- recosté mi cuerpo sobre el espaldar.
Mi hermano se rio -eres un sumiso-
-Acomódate a su lado- Olivia le ordenó.
-Lo que mi chica diga-
Me quedé viéndolo con cara de "mira quien habla" pero no dije nada porque la cosita de cabello negro se enojaría.
Apoyo una cosa viscosa en mi cara que se sentía fría -Esta helado- hice un puchero -quiero un beso para que se me pase-
Dejó un pico en mis labios -eres un llorón-
-Pero al menos tengo mis besos-
-Yo también quiero un beso- se quejó el rubio. -así mejor-
-¿Chicos?-
-Osita-
-Ya llego la comida, voy a bajar a buscarla- sentí como el colchón se volvía mas liviano, quise levantarme para acompañarla pero me detuvo -quédate, no ves que sino esto no funciona-
-No quiero que bajes sola-
Su mano acarició mi cabello - solo será un minuto.-
-Lleva tu móvil hadita- le pidió mi hermano.
-Esta bien, quédense muy quietos-
Oí como se alejó y luego la puerta se cerró.
-Jodidos, ella nos tiene jodidos-
Piero soltó una risilla -y no me arrepiento de nada-
Éramos felices, ella nos hacia felices.
Fausto...
-¿POR QUE DEMONIOS ESTA CON ELLOS?- gritó la voz al otro lado del móvil.
-Cálmate, hare lo que sea para robárselas-
-Dijiste ella ya no los quería, era tu trabajo hacer eso. Mientras yo les daba esa puta orden falsa de que mataran a la amiga-
Llevé una mano a mi sien y la presione, el dolor de cabeza que tenia era horrible. Necesitaba a mi hadita o comenzaría a enloquecer otra vez. -volverá y la podrás tener-
-Espero Fausto, o vas a caer-
-¿Me amenazas?-
-Tómalo como quieras- colgó.
Lancé el móvil contra la pared, estaba enfadado y necesitaba desquitarme con alguien, busque mis cosas y salí de la residencia. ¿Dónde podría encontrar alguien a esta hora?
Noté a una chica parada en la entrada de la residencia de los hijos de perra y me acerque corriendo. -¿Olivia?-
Se volteo de repente- ¿Qué haces aquí?-
-¿Tu qué haces aquí?- me fijé en la bolsa de comida en sus manos -¿de verdad? Volviste con esos idiotas-
-Ellos no son malos-
Mis puños se apretaron y trate de controlarme.
-Quisiera que les des una oportunidad- comenzó a alejarse en dirección al interior del edificio pero la alcance a sujetar del brazo, ejerciendo presión -soy mejor-
-¿Qué?-
-Que soy mejor, puedo darte mas duro y mejor que ellos- mi voz se volvió ronca.
-Suéltame por favor, me lastimas-
-¿No te gustaba rudo? Ya que estas con un violento ¿quieres que te muestre cuan rudo puedo ser?-
-Fausto- la estampe contra una de las paredes del exterior.
-Vamos, se que si quieres-
La puerta se abrió -Déjala Fausto- Vicco, el jodido pelinegro.-vamos osita-
-¿AHORA NO QUIERES GOLPEARME?- lo incité.
Con ella abrazada a su cuerpo se giro a verme -le prometí que haría las cosas bien, necesitas ayuda Fausto, espero que no te vuelvas a acercar o volveremos a esos días de internado- sonrió de lado -¿lo recuerdas?-
Maldito hijo de perra, caí ante su provocación. Tome el arma que tenia en la cintura y dispare, sin percatarme que la que termino recibiendo el disparo fue ella.
-MIERDA-
Su hermano no demoro en bajar, al ver la escena quiso venir contra mi y estaba preparado para recibir el golpe, pero en su lugar solo llamo a emergencias.
-Estarás bien amor- le susurro a Oli mientras la alzaba.- no cierres los ojos, estarás bien-
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