Capítulo 36

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Olivia

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Olivia...

Me desperté entre los brazos de Fausto, mire a mi alrededor dándome cuenta que seguíamos en la sala de estar, en el sillón. Al tratar de levantarme, sus brazos me apretaron mas. 

-¿Estas despierta?- hablo con un poco de ronquera en su voz. 

-Si- me limite a decir -¿has sabido algo de ellos?- 

-No, pero quizás se comuniquen pronto, no debes perder las esperanzas ¿si?- 

-Okay- 

-¿Quieres desayunar?- 

Iba a negar cuando mi móvil sonó, lo busque rapido y atendí, creyendo que se trataba de ellos pero en su lugar, la voz de mi padre me respondió.

-Cariño- 

-Papi- 

-¿Estas ocupada?- 

-No no- 

-¿Te parece si almorzamos?- espero una respuesta rápida pero al no obtenerla continuo.-Mi viaje se adelanto y quería sorprenderte. Se que tal vez tengas clases y si no puedes..-

Iba a negarme porque en realidad no tenia ganas de hacer nada, solo quería a Piero y Vicco de nuevo, pero él era mi padre y había venido a verme por lo que simplemente acepte -Esta bien, no tengo clases hoy- sonreí con tristeza -¿donde tienes planeado ir?- 

-Oh, de ser así. Quieres que pase ahora por ti, podemos ir a desayunar y tener un día de padre e hija- 

-Esta bien- quizás eso me animaría un poco -te envío la dirección, iré a tomar una ducha y prepararme- colgué. 

-¿Quien era?- el castaño me miraba desde el sofá. 

-Mi padre, pasare el día con él. Quiero distraerme un poco ¿esta bien?- 

-Claro que si- me sonrió -ellos seguro ya te llamaran- 

No dije nada, arrastre mis pies hasta el baño, abrí el grifo para llenar la tina, me quite la ropa y entre en la bañadera. 

Al cerrar los ojos, unas luces blancas parpadearon en mis ojos y escuche una extraña voz. Mi cuerpo no se movía y tampoco podía ver nada.

-Se esta descompensando, regrésenla-

-NO- grite desesperada.

Por fin pude abrir  de nuevo los ojos, aun seguía en el baño. Mire a todos lados asustada, pero no había nada, solo yo. -

Al parecer estaba muy agotada e imaginaba cosas. 

-Olivia ¿estas bien?- Fausto golpeo la puerta. 

-Si si- aclare mi garganta -se cayo el shampoo y me asuste, perdona- 

-¿Estas segura?- 

-Si, no te preocupes-

Termine de asearme un poco asustada y salí cubriéndome con una toalla. Fui directo a la habitación y me senté en la cama, viendo como mis manos temblaban. 

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