Piero sostenía mis piernas mientras Vicco acariciaba mis pechos, ambos tenían la respiración acelerada mientras a mi me faltaba el aire.
-Vuelves a decir que no nos conoces- el rubio que tenia delante me tomo del mentón -y te follare frente a todos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Piero...
Olivia pudo reconciliarse con Fausto y luego de despedirnos en el estacionamiento, regresamos al coche. Ella subió sin decir una sola palabra, aunque en su mirada se podía notar que algo le molestaba, solo que no quería decirlo.
-Hadita-
-¿Si?-
-¿Quieres preguntarnos algo?-
-No- negó volviendo a ver a través de la ventanilla mientras regresábamos a las residencias.
-Osita, ¿Qué te molesta?- Vicco frunció el ceño viéndola de reojo por el espejo retrovisor -Te conozco, algo pasa-
-Nada Vicco, solo estoy cansada. Quiero llegar a mi casa-
Mire a mi hermano quien asintió, cambiando la dirección en la que íbamos. En lugar de llevarla a su apartamento, nos detuvimos frente a la puerta de ingreso del nuestro. Baje y abrí la puerta trasera para que ella bajara. -vamos, hace un poco de frio-
-Esta no es mi casa- se negó a salir -quiero ir a mi apartamento-
-Baja Olivia, vamos a hablar- el pelinegro le ordeno -no voy a dejar que te vayas enojada, esto lo tenemos que conversar mas tranquilos-
Bufo bajando y caminando sola delante de mi.
Espere a que Vicco dejara el auto en el estacionamiento subterráneo y ambos subimos al piso, al entrar no la vimos en la sala de estar por lo que nos dirigimos directamente al cuarto donde tampoco estaba. La puerta del baño se abrió y ella salió cambiada con un pijama que tenia en nuestra casa, venia secándose el cabello mientras miraba su móvil.
Paso a nuestro lado y se metió a mi cuarto, la seguimos en silencio y nos sentamos uno a cada lado en la cama. Olivia no nos prestaba atención y simplemente veía historias en las redes sociales.
-Basta de esto- mi hermano le quito el móvil -somos adultos, hablemos-
-¿Qué van a hacer a ese lugar?-
-Arreglaremos un par de cosas y regresaremos-
-¿Qué cosas?-
-Olivia- el pelinegro levanto la voz un poco enfadado.
Ella no dio el brazo a torcer y lo miro fijo -¿Qué cosas?-
-Nada que te preocupe-
-No pregunte eso-
-Es mi respuesta- ambos estaban discutiendo-
-Tiempo fuera- intervine y la sujete de la cintura, sentándola sobre mi -¿qué te molesta?-
Sus ojos estaban cristalizados -es que no me cuentan nada, parece que no me tuvieran confianza-
-Si lo hacemos hadita, pero esto no podemos decírtelo ahora-acaricie su mejilla, me incline quedando en su oído -no me gusta verte así, triste.-
