✓REVISADO
—Aún no.— dijo Camila, después desvió la mirada y caminó hacia la sala.
Aizawa la siguió inmediatamente. No saldría de ahí sin una respuesta.
—Responde algo.— pidió Shota, buscando con la mirada los ojos de la chica. —¿Qué hacía aquí Enji Todoroki?— preguntó no muy convencido. Sentía temor por la respuesta que pudiese recibir, sin embargo no dejaría que su cabeza creara falsas teorías otra vez.
—¿Me estabas espiando?— preguntó ella, girando su rostro para ver al del pelinegro a la defensiva.
—N-No, pero, cuando llegué vi un auto estacionado afuera, no sabía de quién era, así que mejor esperé. Después lo vi salir, es todo.— explicó tratando de llevar la fiesta en paz.
Camila lo miró con desconfianza, pero era inútil. Ella era demasiado blanda con él.
Tomó aire profundamente y explicó —Vino a visitarme, porque los chicos le contaron que no la estaba pasando muy bien.—
—Por mi culpa, ¿No es así?— preguntó Shota.
La chica lo miró molesta mientras arqueaba una ceja. Sobraba decirlo.
"Idiota" pensó Aizawa sobre sí mismo. —Entonces, ¿Yaoyorozu y Todoroki lo saben?— preguntó. No estaba seguro de hasta qué punto Camila les tenía confianza.
—No... Bueno, no todo.— respondió ella. —No les he dicho quién eres.— explicó más relajada.
Shota suspiró y sostuvo su cabeza entre sus manos. Era agotador estar cuidando su imagen ante el mundo, cuando él sabía que era un completo fraude para todos. Cami, Emi, sus alumnos, sus colegas, sus superiores, con todos era una completa farsa y estaba cansado de seguir así.
—Por favor, dame una respuesta.— dijo el pelinegro por lo bajo.
—No estoy lista.— dijo ella. La respuesta que resolvería el asunto era simple, pero no tenía el coraje de decirla.
—Acepta.— le pidió él tomándola de las manos. —Si tu aceptas, yo voy a dejarlo todo.— la desesperación podía sentirse en la voz quebrada del pelinegro.
—No puedes hacer eso.— dijo ella en un susurro, tratando de ahogar el llanto que estaba a punto de salir.
Shota apretó los labios. No podía "dejarlo todo", porque eso significaría dejar también a su hijo, y eso no podía hacerlo.
—Tienes razón. No puedo.— dijo Shota con resignación. —Pero sabes que no es por que no te ame, sino porque tengo una responsabilidad a la cual responder.— dijo en referencia al bebé.
Hubo un silencio sepulcral durante un par de minutos.
—No.— dijo Camila de pronto.
Aizawa la miró confundido, esperando que no fuera lo que estaba pensando.
—Mi respuesta es no.— dijo ella, después de armarse de valor. —Eres libre, Shota. Libre de hacer lo que sea mejor para ti.— Esbozó una sonrisa triste y enseguida soltó sus manos.
El pelinegro sintió cómo las palabras de la chica se clavaban en su pecho, tal como si de navajas se tratara.
—No.— dijo él totalmente incrédulo. —Cami, por favor. Sabes que me amas tanto como yo a ti...—
—¡¿Y qué caso tiene?!— lo interrumpió. —El amor ya no sirve de nada a estas alturas.— dijo con pesar, mientras algunas lágrimas comenzaban a escapar de sus ojos.
—No digas eso. Podemos intentarlo.— pidió Shota, buscando inútilmente de tomar las manos de la chica.
—Entonces, empecemos por eso. ¿Qué seremos si acepto?, ¿Amigos?, ¿Pareja?, ¿Amantes? Volveríamos al mismo sitio.— dijo ella. No quería decirlo así, pero era la única forma de hacerle entender que ella no era buena para él.
—No sigas con eso.— dijo él. No soportaba escuchar la verdad, porque eso era. —No espero nada de ti. No espero que te acuestes conmigo. Tampoco que me seas incondicional. Lo único que quiero, es saber que cuando seas mayor, yo pueda tener una oportunidad contigo.— explicó con desesperación.
—¡Eso no tiene ningún sentido!— dijo ella con una risa irónica enmedio de su llanto. —Estarías dejando todo por nada.—
—¿No lo entiendes?— le dijo él, mientras ella lo observaba, esperando una explicación. —No voy a presionarte a nada. Sólo quiero que me digas que no vas a descartarme.—
—Pueden pasar mil cosas hasta que yo sea mayor de edad. ¿Cómo sabes que no voy a irme con otro o que simplemente me iré, como me voy de todos lados?— dijo ella, tratando de hacerlo razonar.
—No sé.— se limitó a decir. —Pero... Si algo de eso pasa, lo voy a aceptar. Voy a aceptar que entonces no eras para mí.—
—Ni siquiera puedes aceptarlo ahora.— dijo ella.
—Porque sé que ahora me amas.— respondió él de inmediato.
—No.— dijo ella enmedio de una risilla. —No tienes idea de cuánto te odio.—
—Eso no es cierto.— respondió Shota.
Camila se puso de pie y lo miró directamente a los ojos. —Claro que sí.— dijo rompiendo en llanto nuevamente. —¡¿Tienes idea de cómo me siento?! ¡¿Tienes idea de lo mal que la he pasado?! No, ¿Verdad?— dijo llena de ira. Shota se puso de pie. —Ni siquiera con lo que me hizo Kai me sentí tan miserable cómo ahora. ¡Es tu culpa que yo me sienta así! ¡Estoy harta de sentir este dolor en el pecho que me está matando! ¡Y es todo por culpa tuya!—
Por supuesto que lo sabía. Probablemente él se sentía igual o peor que ella, pero tenía que dejarla sacar un poco de el veneno que tenía en el cuerpo.
—¡¡Te odio!!—gritó Cami desgarrando su garganta. —Si por mi fuera, regresaría el tiempo para no haberte conocido jamás.—
Shota la rodeó con sus brazos y la acercó hacia él. Ella recostó su cabeza sobre su pecho. Estaba buscando refugio en la persona que la había hecho sufrir, sin embargo, él era el único que podía reconfortar todo ese dolor que sentía. Era imposible y a la vez muy simple.
—Perdoname por todo.— susurró el, mientras acariciaba el cabello de la chica. —Nada de lo que pueda ofrecerte va a ser suficiente para compensar todo lo que te he hecho pasar.— hizo una pausa y suspiró. —Siempre termino haciéndote daño, a pesar de decirte que te amo. Hasta pareciera que miento.—
Camila rodeó con sus brazos la cintura de Shota y se aferró más a él.
—¿Por qué no te puedo odiar? Sería mucho más fácil todo.— se lamentó ella y giró su mirada hacia el rostro del pelinegro.
—Por la misma razón por la que yo no puedo vivir sin ti.— respondió y le dió un beso en la frente.
La chica subió sus brazos hasta atrapar el rostro de Shota con sus manos e hizo que se inclinará hacia abajo para besar sus labios.
Era un ciclo sin final, lleno de contradicciones, mentiras, dolor y sufrimiento, aún así, no podían estar el uno sin el otro.
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Fugaz
FanfictionTener sexo en un bar tal vez no sea la mejor forma de conocer a tu profesor. Historia en revisión. Una disculpa por las molestias que ésto pueda ocasionar.