Fugaz

Dura Realidad

✓REVISADO

-Buenos días.- dijo Enji, entrando a la habitación en la que se encontraba Aizawa.

-Buenos días.- devolvió el saludo. No le parecía extraño que el padre de Shoto estuviera ahí, imaginó que debía estar al pendiente de el prestigio de el apellido Todoroki.

-Ya me hice cargo de todos los gastos y trámites de el hospital.- dijo el pelirrojo, mientras se sentaba en una silla cercana a la cama. -Le ofrezco una disculpa en nombre de Shoto.-

Shota se acomodó en la cama para quedar sentado y poder hablar mejor con Enji. -Muchas gracias, pero no debió tomarse tantas molestias.- le respondió. -Y no se preocupe, no tomaré ningún tipo de represalia contra Shoto.-

-Gracias.- dijo el pelirrojo. Hubo silencio por algunos segundos y luego continuó. -Estoy enterado de la razón por la que mi hijo lo golpeó de esa forma. Sigo sin justificarlo, pero ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué decirle a mi hijo eso sobre su amiga y sobre mi?-

-Me equivoqué y le ofrezco una disculpa.- le respondió apenado y genuinamente arrepentido. -En ese momento sólo quería sacar al chico de sus casillas y fue lo primero que vino a mi mente para lograrlo.- Confesó, esperando a que seguramente él pelirrojo también se le lanzara a los golpes.

Enji trató de mantener la calma ante lo que parecía ser cinismo de parte de el director. -¿Por qué Shoto? Él no se mete con nadie.- preguntó.

-Tuvimos una discusión y se salió de control.- respondió cortante. Nuevamente hubo silencio.

-¿Sobre Camila?- se atrevió a preguntar el padre de Shoto. Sabía que Camila tenía razón al decirle que no tenía ningún derecho de meterse, sin embargo, quería exponerle al pelinegro lo que le había ocasionado a la pobre chica.

Aizawa de inmediato se dió cuenta de que estaba acorralado. Tenía que ser franco, de todas formas, lo más probable era que Enji lo supiera todo.

-Si.- se limitó a decir.

El pelirrojo se puso de pie y se paró junto a la cama. -No tenías ningún derecho de hablar sobre ella.- dijo y le soltó un puñetazo en el rostro, haciendo que le saliera sangre de la boca, por haberse mordido la mejilla con el impacto. Estaba furioso por la forma en la que el tipo estaba tan tranquilo, como si no hubiese hecho nada, y le molestaba más el hecho de que ella aún así tuviera sentimientos por él.

-Lo sé.- respondió. Ni siquiera haría el intento de defenderse o excusarse. No le importaba si alguien con el poder de Enji Todoroki se encargaba de hundirlo o hacerle la vida imposible, de todas formas no le veía mucho sentido seguir con su farsa de "buen hombre". -Casi desde el principio supe que estuve mal, y aún así seguí buscándola.-

-Me das asco.- dijo Enji, negando con la cabeza.

-En eso estamos de acuerdo, señor Todoroki.- le respondió cabizbajo.

Enji lo miró con decepción, dió la vuelta y se retiró de la habitación.

Shota se quedó sentado, sumido ente las voces de su mente. Pensaba que era muy probable que el padre de Todoroki también se hubiera enamorado de Camila, tendría todo el sentido si lo hubiese hecho, ella era una buena chica, amable, inteligente, noble, tierna y físicamente muy hermosa, cualquiera podría enamorarse de ella. -"Por lo menos es mejor que yo."- pensó en voz alta. Si algo era cierto, era que quería lo mejor para ella y, aunque el pelirrojo pecaba de ser aún mayor que él, al menos era un hombre libre y se notaba que de verdad estaba preocupado por ella.

Pasado el mediodía, finalmente le dieron de alta. Al salir del hospital, lo primero que hizo fue regresar a la escuela en un taxi, para ir a buscar su auto. Una vez ahí, subió al vehículo y se dirigió al departamento de Emi, aún tenía un asunto que arreglar con ella.