Capítulo 7

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—¡Esa bestia debió detenerse en cuanto se lo pediste!
—No tenía idea de cómo, pero Han Jisung lo sabía. Lo supo desde que lo vió entrar por esa puerta. Creció con Felix, es como si sus lobos se comunicasen, si no es así, la perceptibilidad de su amigo le aterra.
—Tú eres quien manda, ¿Por qué lo sigues soportando?

—Porque lo amo.
—Fue incómodo, en el pasado lo decía sin problemas, porque en realidad lo amaba. Justo ahora salió de sus labios por costumbre, pero honestamente, no estaba de acuerdo con lo que había balbuceado.

—No lo amas, sólo lo soportas.
—Young Jae tenía razón. Pero no tenía el tiempo de buscar a alguien más, estaba demasiado ocupado, e incluso sus reuniones diarias se veían afectadas por sus responsabilidades.
Tomó un sorbo de té, sintió un ligero aroma a rosas, no, era algo más que eso. Era seductor como el olor de las rosas en una noche oscura rodeados de velas aromáticas. Pero también era suave y dulce como un pudín de fresas.

Inconscientemente se levantó de la silla, tras esa puerta estaba ese alfa, dueño de ese magnífico aroma.
Tocaba con las yemas de sus dedos esas hermosas rosas rojas como si fuesen un pedazo de cielo. Contemplaba con absoluta tranquilidad cada espina que lastimaba sus dedos al mínimo rose. Su mirada denotaba sorpresa, pues esas rosas tan preciosas poseían espinas tan hirientes. Aun así, acariciaba cada filo sin excluir alguna. "Te amaré a ti, también a cada una de tus espinas" era lo que balbuceaban sus labios.
Su omega estaba feliz por primera vez, después de mucho tiempo, pudo sentir la tranquilidad que tanto deseaba.

—¡Oh! Es el general Hwang.
—Soltó Jisung acercándose a él. Miró a su alrededor, pero desgraciadamente no estaba acompañado.
—Que triste, esta es la última reunión en el mes.

No pudo ver a ese alfa otra vez, Jisung no es tan denso como Felix, él se percató de lo especial que era ese alfa y no quería perder la oportunidad de conocerlo.

—Bueno, ya que. —Suspiró decepcionado.
—Felix, sólo tengo para decir una cosa: si ves el hilo rojo, tómalo.

¿Se terminó la reunión? ¿Tan pronto? ¿De qué hilo rojo hablaba?

En ese momento, Hwang escondió su mano izquierda en su bolsillo, por alguna razón estaba nervioso. Era consciente de que Felix desconocía el significado del hilo entre alfas y omegas, estaba bien con ello al principio, pero no ahora. Jisung tal vez no se lo ha dicho, pero en cualquier momento le dirá, entonces todo se habrá terminado.

—Hwang, ¿Te sientes bien? Tus feromonas...
—Guardó silencio antes de terminar. Sea lo que sea que iba a decir ya no quería hacerlo.
—¿Todo bien con los novatos?

—Así es, para el festival de las espadas espero que estén todos listos. Entonces, regresaré al norte.
—No estaba feliz con lo último. Su padre lo había obligado a ir a la capital, ahora no quería irse. Estar junto a su majestad era uno de los mejores placeres que ha podido tener. Sostuvo la mano del susodicho para ayudarle a subir al carruaje.

—Hwang Hyunjin, te sacaré los ojos la próxima vez que me veas de esa forma.
—Subió al carruaje dejando a ese general confundido, ¿Cómo lo estaba viendo? ¿Qué había hecho mal ahora?

-

—El hospital será inaugurado en unas semanas, debe asistir. El marqués Choi estará esperando por usted.
—El secretario tenía un horario pesado al igual que su majestad, juntos congeniaban perfectamente, ambos eran unos adictos al trabajo.

—¿La visita a la frontera se ha cancelado? Honestamente, quiero ir. Escuché que los pueblos en esa zona están en suma pobreza, todo por el mal manejo de los impuestos.
—Era un tema que le emocionaba. Quería discutirlo con el conde Jung.

—¿Pensó en un regalo de bodas decente para el joven maestro de la casa Son?
—Preguntó, tenía una libreta en sus manos. No, era una agenda de ensueño. La portada parecía estar bañada en oro, los hilos brillaban como la plata y tenía escrito en pequeñas piedras "Yang" para que nadie se atreviera a tocarla.

—No. Pensé en un broche, pero es bastante común, así que un collar en diamantes es más exclusivo.
—Pensó. En realidad, el collar de diamantes era sólo una opción, aún no tenía una idea clara de lo que le daría a su amigo.

—Estas son algunas cartas que fueron enviadas a usted para obtener el permiso de cortejar al alfa Hwang Hyunjin.
—El secretario Yang pensaba que este tipo de cartas eran una pérdida de tiempo, después de todo, si quieres cortejar a alguien sólo debes hacerlo.

—Él está trabajando en el palacio temporalmente, ese tipo de cartas deben ser enviadas a la mansión Hwang. —Masajeó sus sienes estresado.

—Entonces...

—Sólo tíralas a la basura.

¿Cómo? ¿Había escuchado bien? ¿Desde cuando su majestad se interponía en ese tipo de cosas? Bueno, el general del norte no era un alfa cualquiera, por lo que tenerlo para él era una buena opción.

—También hay varias cartas de cortejo para Lee Minho.
—Se detuvo en la tercera con olor a cerezas. Tenía una hermosa escritura, el sobre estaba decorado de una forma sencilla, pero elegante. Le recordaba a una persona en específico.

—Entregárselas a él entonces. Esas cartas de cortejo no las voy a recibir, es molesto. Es cierto que sirven a la corona, pero ¡Dios!
—Se quejó.

—Entonces, ¿Entrego las de Hwang y Lee?
—Río al ver el rostro de ese omega.
—Es extraño, el joven maestro de la casa Han a solicitado su permiso para obtener a Lee Minho como su...

—¡Qué!  —no lo dejó terminar.
—Dame la carta de ese omega sin vergüenzas.
—Esto sería divertido, ahora era capaz de molestar tanto como quisiera a ese lindo joven.
—Entonces, estaba interesado en Minho desde un principio, quién lo diría...

Entelequia-HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora