Capítulo 4

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La compañía de dos omegas que tanto extrañaba lo hacía sentir tan feliz. Ambos hijos de respetables marqueses, tan tiernos y libres de codicia, Felix disfrutaba el tiempo con ellos.

—¿Cuándo piensas deshacerte del adorno oxidado de tu esposo? —Preguntó, con cierta inocencia en sus ojos. Han Jisung, un omega con grandes dotes de ternura, quién puede provocar la locura en cualquier alfa.

—Jisung, te lo he repetido tantas veces. No puedes hablar esa forma, mucho menos referirte a mi esposo como objeto. —Reprendió cansado, no importan las veces que se lo ha dicho, ese omega sigue haciendo lo que quiere.

—Aún sigo sin entender porqué te casaste con él, existen tantos hombres que besarían tus pies sin que se lo pidas. —Cruzó sus brazos, estaba molesto porque su amigo estaba pasándola mal junto a esa persona que suele llamar esposo.

—Me voy a casar...

Al escuchar esa confesión ambos miraron hacia ese omega de cabellos platinos. Este los observó con cierto temor y sonrojo, estaba nervioso y muy ansioso. Era la primera vez, en mucho tiempo, que hablaría sobre su vida personal con sus amigos.

—Sé que es complicado para ustedes asistir, pero aún así mantengo la esperanza. —Colocó dos sobres color glauco, con pequeños detalles de flores espuma blanca, con un sello dorado centralizado en forma de corazón. Al sostenerlo ese suave olor a miel llegó a sus narices.

—¡Young Jae se casará primero que yo! —Se quejó el omega de cabellos castaños. Observó ese sobre con una hermosa mirada, estaba feliz por su amigo, pero también sentía un poco de celos. —Yo también estuve a punto de casarme, no con cualquier persona, ese alfa era Hwang Hyunjin.

Los omegas presentes le miraron sorprendidos. Son Young Jae se acomodó en su silla, un buen chisme sabe mejor con el té dulce que estaba disfrutando, junto a ese pastel de vainilla.

—¿Entonces?

—Bueno, en realidad, cuando mis padres se enteraron  de que la familia Hwang tenía un heredero le permitieron cortejarme, sin embargo, él se negó. —Felix tomó un buen sorbo de su taza, no preguntaría, no quería lucir curioso, pero estaba muy atento a lo que el omega les estaba diciendo.
—Él dijo que había encontrado a su pareja predestinada, pero nunca se le ha visto junto a alguien, al principio me molesté bastante, luego me enteré que traía el hilo rojo atado a uno de sus dedos, entonces lo entendí todo.

Sin darle tiempo a continuar los tres alfas hicieron presencia. Christopher quedó atrapado con la decoración de aquel lugar, ha visitado cientos de puertos, cantinas, puestos de comida, pero ninguno le había brindado esa paz que tocó sus sentidos al estar allí. Rodeado de lirios, rosas blancas y margaritas. Una mesa en el medio donde estaban tres divinidades, cada palabra parecía ser una melodía, estaba encantado con dicho ambiente.

Lee Minho notó que ninguno de sus sonsos compañeros tomaría la iniciativa para hablar, así que él se hizo cargo.

—Disculpe que interrumpa su hora de té, majestad. Pero recibimos una carta del palacio, se ha realizado una reunión de último momento.

"Malditos vejetes" Maldijo en su interior para levantarse de la mesa. Felix ama vestir de blanco, siempre se le ve muy bien, hoy no es la excepción. De hecho, luce muy afeminado para imponer, sin embargo, permanecerá de esa manera.

—General Hwang, ¿Me recuerda?
—Preguntó Jisung. Este tenía una hermosa sonrisa en sus labios, se acercó un poco a paso lentos. Traía una camisa holgada de color rosa y unos pantalones altos marcando su pequeña cintura, a diferencia de Felix, amaba las joyas, pero sólo usaba un juego de perlas rosas.

—No. ¿Eres?
—Preguntó ese alfa sin tacto. ¿Existe la persona capaz de olvidar ese hermoso rostro? Al ver la pequeña decepción en sus ojos, río.
—Lo hago, tu padre me pidió a través de una carta enviar a los mejores guardias para ti. ¿Dónde están?

—Han Jisung —escuchó esa voz uniforme en su nuca, provocando que saltara del susto—, sabes más que nadie el peligro que te acecha y tú vienes aquí a espaldas de tus padres. —Felix estaba tan enojado, su amigo a sido víctima de secuestro unas seis veces, pero anda caminando por ahí sin escoltas. —Christopher, ve con Young Jae. Hyunjin, ve con Jisung.
—Felix notó inmediatamente el cambio en el rostro de Minho y Hwang, del rubio lo veía venir, pero ¿Lee Minho?

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—Entonces, ustedes se han reunido aquí sin mi consentimiento, llamando a mi nombre como si tuvieran el derecho. Aun así, me sentaré en esta silla y escucharé lo que tienen para decir.
—Sacudió sus manos cargadas de anillos, ladeó su cabeza mostrando esos enormes aretes de diamantes, no traía una corona pero sí una pequeña flor cerca de su oreja. Tan femenino que les provocaba repelús.

—Majestad, no está vistiendo apropiadamente hoy.
—Se quejó, el conde era conocido, bastante de hecho. Felix sabe que a pesar de parecer tan pulcro lo ha deseado innumerables veces, babeando en su presencia y soltando sus feromonas para seducirle.

—¿Es así? —Preguntó.
—Lucía como si se estuviera divirtiendo, disfrutaba el olor a cereza en sus labios, y la loción en su cuello. Sabía que estaban siendo sacudidos, eso le provocó tanta satisfacción que le costaba ocultarla.
—Para negarme al aumento de los impuestos no necesito lucir ostentoso, además yo no los convoqué he sido convocado, ¿Debería siquiera estar aquí?

Entelequia-HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora