—Majestad, usted es alguien sumamente aterrador. Estoy seguro que conocía la situación de la frontera desde hacer mucho tiempo, ¿Por qué no actuó antes?
Felix había ido a visitar a ese personaje que tantas horas de trabajo le ocasionó. Estaban en una celda poco higiénica, en compañía de varios alfas que soltaban feromonas sin parar, el tiempo que tienen allí es tanto que ni ellos logran recordar, así que tratan de atraer lo primero que se mueva.
El comentario del conde le había causado un poco de gracia, escuchar esas palabras saliendo de él queriendo parecer un poco perceptivo al respecto, aún sin estar seguro por completo. Porque a diferencia del omega, el alfa estaba asustado.
—Quiero escuchar el porqué de tus especulaciones, conde Jung.
—Al parecer tenía la manía de sostener sus joyas al intercambiar palabras con alguien, acomodó cada anillo sobre sus delicados guantes negros, mientras esperaba la respuesta de ese hombre.—Estoy seguro que usted sabía que trabajaba para el marqués Jun, como también sabía que personas del extranjero estaban haciendo comercios en nuestra frontera. Lo que no sé es que lo hizo actuar hasta hace unos días.
—Hay un papel que me interesa. Es el porqué actué recién. Es el contrato que ustedes firmaron con el rey del reino vecino sin mi autorización.
El conde miró a ese hombre tras el omega sobresaltado, luego miró a un punto fijo de aquella celda aún sin reaccionar. ¿Cómo es que sabía de aquel documento que se había sellado bajo suma seguridad en un territorio extranjero?
¿Lo tiene en sus manos? ¿En que momento aquel documento había llegado al imperio? ¿Cómo es que no lo sabía?—Conde Jung, debería sentirse afortunado de que yo sea el emperador de Lee, y no alguien más despiadado. ¿Sabe cuánta sangre correría si me dispusiera a matar a todo aquel traidor que firmó el contrato?
Entonces el conde se arrodilló pidiendo clemencia, sus lágrimas bajaban por sus mejillas, mientras golpeaba su frente en el sucio concreto en el que estaba. Sin saber qué hacer, que decir, o a quién involucrar para salvarse escuchó al omega reír.
—Estaba en lo correcto, sí existe el contrato.
—Entonces todos en la celda carcajearon junto al emperador, le parecía graciosa la forma en la que ese enorme figura se hundía por sus propias palabras, mientras que el menor sólo lo ponía aprueba.—Ahora puedo confirmar lo que una vez escuché. Usted es aterrador, su manera de pensar es aterradora.
—Dijo en un hilo de voz, como si dudara incluso de sí mismo. Ahora tomaba en cuenta sus palabras, y para evitar ser leído por sus expresiones no levantó el rostro.—No se trata de eso, sólo eres muy estúpido.
—Ya era hora de que regresara, no podía permanecer en ese lugar por tanto tiempo. Sacudió la capa que traía puesta, como también se deshizo del polvo en sus zapatos.—Majestad, sobre el contrato-
—Iba a tratar de salvar su pellejo por segunda vez, sin embargo esa figura le dió la espalda desinteresado.—El contrato era algo por lo que tenía curiosidad, sólo debo anular todas las ventas comerciales fronterizas para solucionarlo. Mi objetivo en este lugar era otro. Hasta entonces, conde Jung.
Caminó hacia la salida. Iba hablarle sobre su hijo, pero en ningún momento ese hombre se interesó, por lo que prefirió guardar silencio, después de todo tampoco merecía saberlo. Un padre que aprecia a su hijo jamás lo vendería a una mansión donde sería tratado como objeto sexual.
-
—¿Cancelar las ventas fronterizas?
—El secretario Yang se encontraba junto a los generales en una reunión de imprevisto, ya que al emperador se le ocurrió la magnífica idea de cancelar todo lo que fuera comercializado sin un contrato con el sello real legítimo.—Si lo que su majestad mencionó es cierto, entonces es probable que se desate una guerra con el reino vecino, ya que estaríamos incumpliendo con nuestra palabra desafiando la suya.
—Comentó el general Lee. Si existe ese contrato y de repente toda venta beneficiosa para ellos es detenida inmediatamente provocará desacuerdos con la realeza de aquel lugar. Por lo que, tendrían que prepararse para una posible guerra.—Voy a leer las palabras de su majestad.
"Si una guerra es la consecuencia, está bien, pero no permitiré que esa gente viva de mi gente y goce de comodidades mientras los míos trabajan para ellos"
Creo que está hablando en serio.
—Concluyó, cerrando ese extenso diario que tenía en sus manos.Hwang quien rascaba sin cesar su cuello debido a la molesta prenda que traía puesta, llamando la atención de sus compañeros porque parecía un contagiado por sarampión. No parecía prestarle la atención que ellos esperaban. Hasta que de repente comentó algo que los dejó pensantes.
—Sólo obedezcan. Un contrato sin el sello real no es válido, por lo que una guerra por tal estupidez sería solo un tonto simulacro para aprovecharse de nosotros. Ellos no pueden exigirnos nada, no cuando su majestad desconoce el acuerdo.
—Pero si ellos nos declaran la guerra es porque están seguros de que pueden conseguirlo. El sello.
—La hipótesis de Minho se basaba en exactamente eso, una guerra para apoderarse de la frontera Este, pidiendo a cambio de despojar las tierras del imperio el sello real.Hyunjin no estaba del todo convencido, lo que Minho decía tenía sentido, pero había algo que no encajaba. Evidentemente había alguien del enemigo en su territorio, también tenían un objetivo distinto al sello. Si lo que verdaderamente les importa es eso, un acuerdo entre ambas naciones sería la solución, la guerra sería innecesaria. ¿Qué es lo que quieren?
—Siento que su majestad quiere que ellos invadan el Este. Tengo la corazonada de que nosotros sólo somos participes de su plan, no parte de el.
—El almirante estaba sospechando de las intenciones del emperador, pues todos sus barcos blindados de armas habían sido enviados a una isla bajo su mandato. También detuvo las construcciones cerca de la frontera, como si realmente se estuviera preparando para la guerra.—Pido disculpas con anticipación. Sea lo que sea que él haga no podría deducirlo, es alguien aterrador. No me sorprendería si esto es algo que ha estado moviendo desde hace años, él es así. Pero quiero que sepan que jamás lastimaría a los que aprecia.
—Fue lo que dijo para tranquilizarles e impedir que siguieran una investigación independiente, eso sólo arruinaría sus planes.
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Entelequia-Hyunlix
FanficAún estando rodeado de hermosos jazmines, aún pudiendo sostener esas flores sin espinas, él siempre tomará esa rosa blanca. "Aunque esas espinas que posee lastimen mi piel y sangre, me aferraré a esa hermosa rosa sin color aparente, así podré teñi...