#KittenDay

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YUN SAN SANG ────── San trabaja de noche.

―¡Agh! ―San golpeó la cabecera de la cama con las manos cuando su cuerpo fue embestido

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―¡Agh! ―San golpeó la cabecera de la cama con las manos cuando su cuerpo fue embestido.

―Estás muy apretado ―gruñó Yunho, masajeando sus caderas para que el menor se relajara.

La amplia espalda desnuda de San le daba una increíble vista, su cintura delgada y su trasero pomposo eran las cualidades más atractivas para Yunho y amaba dejarle marcas en la piel cuando se enterraba profundo en su interior.

―¡Me duele! ―jadeó subiendo el tono de su voz.

―¿Recuerdas la palabra?

―¡Sí! Estoy bien ―dijo San moviendo las caderas para que el mayor volviera a embestirle, ya que se había quedado quieto por su queja―. Me duele, pero me encanta ―gimió penetrándose a sí mismo, los sonidos que sus glúteos hicieron al chocar contra la piel de Yunho llamaron la atención de Yeosang.

Yunho sonrió, llevó la mirada a la zona donde su pene se introducía y se sintió endurecer aún más si eso era posible.

―¿Dónde quieres a Yeosang, cariño? ―preguntó Yunho moviendo sus caderas en pequeños círculos que hacían delirar a San.

San tardó varios segundos en poder modular correctamente.

―Debajo de mí ―dijo como pudo―, quiero follármelo.

Yeosang sonrió y soltó su pene lentamente. Había estado sentado cerca, viendo cómo Yunho se cogía a San. Gateó hasta ellos y tomó la cara de San por el mentón, mirándole a los ojos con deseo, la saliva se resbalaba por la comisura de sus labios y sus ojos llorosos por la estimulación le hacían ver increíblemente caliente.

―Agh, ya bésame ―rogó San, pues Yeosang no hizo más que mirarle, esperando a que San le suplicara.

Yeosang sonrió, se acercó a él, respirando entrecortado sobre su rostro antes de tomar sus labios con hambre.

El cuerpo de San se balanceaba de acuerdo a los movimientos de Yunho, por lo que preparar a Yeosang no sería una tarea sencilla. Kang se recostó debajo de San y abrió sus piernas, llevando una mano a la boca de San para que este chupara sus dedos.

―Estás goteando ―murmuró Yeosang, pues ligeras gotas de semen se caían sobre él de vez en cuando―. Chupa más.

San llenó sus dedos de saliva, los besó y mordió seductoramente, extasiado por la cantidad de placer que estaba sintiendo. Sentía la dura erección de Yunho enterrarse en él, golpeando fuertemente, con dolor, pero le encantaba y quería más.

Yeosang se preparó a sí mismo y San no pudo esperar más para introducirse en él.

―Es demasiado ―gruñó San, cayendo sobre Yeosang ya que sus rodillas estaban débiles.

Treasure ⸺ateez。2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora