Lian:
Comienzo a lamer la entrada de Kuea mientras el está subiendo y bajando por mi pene, estamos en la posición del 69 y tengo la mejor de las visitas.
Dejo de lamer su entrada para dejar pasar 3 de mis dedos al tiempo que me meto su miembro a la boca.
—Hia Hia "!— resopla aire caliente contra mi pelvis llevandome a un extacis increíble.
Continuo así por varios minutos hasta que nos corremos al mismo tiempo.
El se pasa todo mi liquido y yo el suyo, ya es de mañana y no hemos parado.
—Te necesito Hia quiero más"!— súplica mientras se recuesta y abre las piernas es tan sexy que lo atraigo hasta mi para levantar un poco su pelvis y poder introducirme.
—Vas a usar condón?— Kuea parece molesto.
—Lo hemos estado haciendo con condón— respondo confundido.
—Quiero que lo hagamos sin el— se queja.
—Lo siento pero voy a usarlo— respondo mientras termino de colocarlo para retomar lo que hacemos.
—Lian...— no le quiero dar tiempo para discutir realmente lo estamos disfrutando y quiero satisfacerlo.
Sujeto sus manos por encima de su cabeza y lo beso para que no tenga oportunidad de decir nada y solo disfrute el momento.
Comienzo a moverme cada vez más profundo al punto que tengo que separarme de sus labios para poder respirar y tomar más impulso dentro de el.
—Ah ah"!— comienza a gemir cuando llegó hasta su punto dulce.
Gruño exitado mientras levanta sus piernas para que reposen sobre mis hombros.
—Hia ahí si si!"— Kuea aprieta las sábanas con fuerza mientras yo me muevo cada vez más fuerte dentro de el.
—Kuea me vengo!— Jadeo mientras muerdo su cuello dónde ya antes había colocado mi marca.
Kuea se estremece y nos derramamos al mismo tiempo.
Salí de su interior y me retire el condón.
—Me iré a bañar— Kuea se levanta de la cama para ir al baño pero lo hemos echo por tanto tiempo que sus piernas se desconectan.
Alcanzó a sostenerlo a tiempo.
—Yo te ayudo, lo hemos echo todo el dia— respondo mientras lo cargo en mis brazos.
Kuea no dice nada solo se acomoda en mi pecho siento que probablemente sigue molesto por lo del condón pero realmente no quiero precipitar más las cosas todavía la perdida es algo reciente, además de que aún no definimos exactamente lo que queremos del otro.
Lo coloco con cuidado en la tina, abro las llaves para poner una temperatura adecuada mientras me levanto para ir por sales de baño aromáticas.
Kuea se recuesta en la tina y no puedo evitar mirarlo por un largo rato hasta que recuerdo que aún no coloco las sales de baño.
Saco los pequeños frascos y me acerco de nuevo dándome cuenta que Kuea ya está dormido.
Pongo las sales y las revuelvo un poco.
Me meto en la tina mientras acomodo a Kuea de una manera cómoda evitando que despierte.
La temperatura del agua es tan agradable, beso el cabello de Kuea mientras acaricio su piel.
Así estuvimos por un rato hasta que el hambre nos invadió.
—Cuanto tiempo dormi— Kuea se acomoda sobre mi pecho.
—Como 2 horas— respondo mientras beso su cabeza.
—Tengo hambre— me mira y me besa.
—Quieres ir a un restaurante o que prepare algo?— cuestionó mientras lo beso de nuevo está ves un poco más largo.
—Vayamos a un restaurante quiero salir— dice mientras se levanta de la tina con cuidado, sus piernas parecen estar mejor.
Luego de ponernos nuestro habitual atuendo nos dirigimos al restaurante.
—Que desean ordenar?— la mesera nos entrega el menú.
—Yo quiero una ensalada con bolitas de queso de cabra y vinagreta balsámica también quiero un filete termino medio— le entrego mi menu y nuestros dedos rozan al parecer le guste a la camarera
—yo quiero que tengas cuidado— Kuea mira de mala gana a la mesera.
—Disculpe?— la mujer parece ofendida.
—No toques a mi esposo— Kuea habla con un tono serio.
—yo solo le recibí el menú— la camarera niega todo suceso.
—Lian no tengo hambre— Kuea se levanta y sale del restaurante.
Yo salgo detrás de Kuea.
—Espera— sujeto su mano y el detiene sus pasos.
—Vamonos o te juro que la asesino— dice molesto.
—Esta bien solo quiero saber a dónde quieres ir— acaricio su rostro aún resuena la palabra esposo de Kuea en mi cabeza.
—Volvamos a casa y me enseñas a cocinar— responde y eso me hace sonreír.
Subimos al coche y regresamos a la casa.
Cuando llegamos Yi y Diao nos esperaban.
No sé por qué tengo el presentimiento de que algo pasa.
Kuea baja del auto y se acerca a ellos.
—Los encontré— dice Yi.