XIII

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—Enserio, lo siento muchísimo Iwa

Oikawa, del otro lado de la pantalla se veía muy apenado, había pasado los últimos 10 minutos disculpándose.

—Ya te dije que no importa, Oikawa – Iwazumi reamente no miraba a la pantalla, estaba centrado en manejar correctamente

—Pero llegué dos horas tarde, estas molesto y razón tienes para estarlo

—Comienzo a acostumbrarme, descuida – murmuró

—Mil veces perdón, pero ya te dije, Saúl insistió en que lo acompañara de compras, se supone solo seria un rato, pero se nos paso en tiempo y no me di cuenta de la hora – explicó nuevamente

—Mira, estoy a punto de llegar al trabajo – mentira, le faltaba casi medio camino – debo colgar, hablamos después – aprovecho un semáforo en rojo para colgar la llamada.

Iwaizumi ya no sabia ni como sentirse, aun no tenia el valor de enfrentar a Oikawa con respecto a su compañero de equipo, había días donde estaban perfectamente, no había ningún problema entre ellos, hablaban por horas y se decían cosas dulces, sin embargo, en muchas otras ocasiones llegaba muy tarde y casi no podían hablar, todo gracias a ese tal Saúl.

Ese día habían quedado en conversar un rato, antes de que Hajime partiera al trabajo, sin embargo, el chico había tardado mucho en conectarse, el japones lo espero varios minutos más, pero cuando se dio cuenta que llegaría tarde al trabajo decidió marcharse, recibiendo la llamada de su novio mientras sacaba el auto del estacionamiento de su edificio, ya no le sorprendió el motivo de su tardanza, pero eso no quitaba que le seguía doliendo.

Cuando llegó al trabajo, cerró la puerta de su auto con mas coraje del que le hubiera gustado, quiso no darle importancia, realmente solo quería encerrase en su oficina hasta que fuera hora de ir a junta con sus superiores.

—Tu auto no tiene la culpa de tu mal humor, Iwaizumi – Seiji lo miraba, con una ceja levantada

—Ni yo del tuyo y aun así lo aguanto todos los días – soltó sin pensar

—Huh? ¿Disculpa?

Mierda, había hecho enojar a su jefe

—Lo que oíste, no tengo la culpa de tus jodidos problemas y aun así aguanto tu humor de perros todos los días – bueno, si ya había empezado, mínimo terminarlo

—Algo de razón tiene – Hiden había salido de quien sabe donde y caminaba ellos con calma – vamos Sao-Kun, no discutas con nuestro entrenador estrella, parece que esta teniendo un mal día

—Como sea, pero no se me va a olvidar – gruñó antes de caminar al edificio, seguido por Hiden

Iwaizumi se quedó afuera un raro, se supone no debía dejar que sus problemas personales le afectaran en el trabajo, seria poco profesional dejar que su situación con Oikawa lo tuviera de mal humor hasta en el lugar donde se suponía debía concentrarse al 100%, así que tomando las pocas ganas que le quedaban, se dirigió a paso lento a su oficina.

Iwaizumi se quedó afuera un raro, se supone no debía dejar que sus problemas personales le afectaran en el trabajo, seria poco profesional dejar que su situación con Oikawa lo tuviera de mal humor hasta en el lugar donde se suponía debía concentra...

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