XIV

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Iba arrastrando la maleta, con una mala cara, durante el viaje trato de dormir, pero simplemente no lo consiguió, trató de entablar una conversación con Ennoshita pero le hombre había estado demasiado ocupado menando mensajes a quien sabe quién, estuvo jugando con las apps de su móvil hasta que este se quedó sin batería, definitivamente había sido una mala idea visitar Miyagi.

—Cariño – la mujer se abalanzo sobre su hijo

—Hola mamá – Chikara dejó la maleta a un lado, para poder abrazar a su madre.

—Hijo, que bueno tenerte aquí de nuevo, aunque sea unas semanas – le dio un sonoro beso en la mejilla – nunca me acostumbrare a tener a mis hijos lejos – lo abrazó de nuevo

—Dejalo respirar mujer – El señor Ennoshita había tomado la maleta de su hijo con una mano y con la otra jalo suavemente a su esposa por la cintura

—Lo siento, lo siento – soltó una risita antes de poner su vista en alhuien mas – Hisashi, cariño – se lanzó a abrazarlo

—Hola señora Ennoshita, es un placer verla – correspondió al abrazo con su mano libre

—¿Cómo estas querido? ¿Todo bien? – le apretó suavemente las mejillas – ¿Dónde está Kazuhito?

—Uhm, en Tokio, tenia trabajo, pero ambos estamos muy bien, gracias por preocuparse – cerro un poco los ojos cuando la mujer trató de ordenarle el cabello

—¿Su relación como va? ¿Bien?

—Mejor que nunca la verdad – sonrió ampliamente

—Me alegra mucho oír eso – nuevamente le apretó la mejilla

—Ya, vamos, deja al muchacho – el hombre nuevamente aparto a su esposa – Es bueno verte de nuevo Hisashi ¿quieres que te llevemos a casa de tu madre?

—Uhm, no, tengo algunas cosas que hacer antes de ir, además no quiero molestarlos – forzó su sonrisa a no desaparecer

—Bueno, en ese caso te dejamos, que hay compras que hacer aun – Shiro le dio una suave palmada en la espalda – un día de estos que estarán por aquí, debes ir a comer con nosotros, sabes que las puertas de la casa siempre están abiertas para ti

—Muchas gracias, señor

—Nos vemos después amigo – Chikara le sonrió, antes de darle un abrazo – recuerda que debes ignorar lo que ella te dice, tú eres increíble ¿de acuerdo?

—Lo sé, gracias – alargó un poco el abrazo

—Si necesitas algo, solo llámeme y voy corriendo

Cuando los Ennoshita se fueron de la estación se quedo unos minutos penando en que debía hacer ahora, aun no estaba liso para visitar a su madre y visitar a su padre aún se sentía bastante extraño, sin embargo, no encontraba otra solución, además llevaba un buen tiempo sin ir a verlo.


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