Mentiría si no dijera que se sentía emocionalmente destruido.
En los últimos días, sus intentos de retomar una plática decente con Oikawa se habían derrumbado, lo había llamado un par de veces y en todas terminaban peleando y diciendo cosas que ninguno de los dos quería, por mas que intentaba, no podía sacar de su mente aquella frase que Oikawa le dijo
"La distancia lo estaba agobiando"
Desde un principio ambos sabían que una relación así seria sumamente complicada, que se enfrentarían a muchos obstáculos, unos más difíciles que otros, pero aun así decidieron enfrentarse a ellos, porque después de todo, serian ellos dos contra el mundo ¿En qué momento había cambiado la situación?
Estaba cansado, por más que pensaba no lograba llegar a una solución y las únicas dos que se le ocurrían no le encantaban, sentía que eran dos extremos opuestos y debía encontrar un punto medio.
El desgaste emocional estaba superándolo, cada que Hiro le llevaba café lo miraba con cierta tristeza antes de preguntarle si todo estaba en orden, Iwaizumi de verdad necesitaba hablar con alguien, pero sentía que el trabajo no era el lugar indicado, por lo que se limitaba a decir que si, el hombre no parecía muy convencido con aquella respuesta, pero no insistía mucho, quizá para no incomodarlo.
El descontrol de emociones no solo estaba siendo demasiado obvio para uno de sus jefes, si no para los tres, en varias ocasiones tuvo que encerraste en un cubículo del baño para llorar, al Sali, se encontraba con Hiden, el cual solo lo miraba unos segundos antes de preguntarle si estaba bien, Iwaizumi se limpiaba el rastro de lágrimas y tras una risita incomoda decía que sí, que todo estaba perfecto, el mayor asentía lentamente antes de decirle que lo diera importancia a personas que no valían la pena y que se centrara en las cosas que sí, le daba unas palmaditas en el hombro y cada uno se iba por su lado.
Pero la peor parte definitivamente los vivía con Seiji Sao, parecía que el empresario tenía un radar para encontrarlo siempre que tenia pequeños ataques de ira, cada que Hajime le gritaba a alguna maquina de dulces o la maquina de café, cada que insultaba en voz alta, incluso cuando peleaba con Oikawa por teléfono, en todas aquellas ocasiones aquel hombre estaba ahí, había pasado de verlo con molestia a verlo con lastima y eso lo incomodaba aún más.
—Iwaizumi necesito que...
El pelinegro se quedó de pie en el marco de la puerta, sostenía unos documentos en su mano y parecía que buscaba algo importante, pero se quedó callado cuando vio al entrenador.
Hajime estaba sentado en el sofá de su oficina, había terminado una llamada con Oikawa donde, de nuevo, habían vuelto a pelear, Tooru estaba defendiendo a Saúl, argumentando que todas aquellas muestras de afecto y apodos cariñosos eran simples señales amistosas, pero Iwaizumi no era tonto, sabia que aquello iba mas allá de una amistad, por lo menos de parte de Saúl.
Sao no sabía exactamente que hacer, el estado de Hajime no se parecía en nada a aquel día que lo encontró el baño a los encuentros que le había contado Hiden, estaba vez se notaba mas dolido, lloraba mientas se abrazaba a si mismo, tenia el rostro empapado, los ojos rojos y la nariz irritada.
—Oye, Sao, dejaste estos documentos... – Hiro también había llegado, con su radiante sonrisa que se desvaneció al instante – ¿Qué mierda le hiciste, pedazo de animal insensible?
—Nada, nada – levantó las manos en señal de inocencia – ya estaba así cuando llegue
—No te creo – con algo de brusquedad le entregó los documentos — ¿Hajime?
El castaño se sentó junto a Iwaizumi, con delicadeza le quitó las manos del rostro y con sus dedos le limpio las lágrimas, aunque estas simplemente no de detenían, Iwaizumi no supo que hacer o decir, no le gustaba que lo vieran así de vulnerable, pero la mirada de Kazuya, llena de ternura lo hizo sentirse menos vulnerable, la delicadeza con la que le limpiaba las lagrimas y la suavidad con la que le habla, incluso lo hizo sentir protegido.
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El Club Del Chisme
FanfictionAquel peculiar grupo tenia intereses y personalidades bastante distintas, sus vidas normalmente estaban ocupadas por el trabajo y la vida de supuestos adultos que llevaban, sin embargo, algo había logrado unirlos desde la preparatoria, algo que ni e...