Pasaron unas cuantas horas en las ruinas para reponer sus fuerzas al cien por cien. No saben con lo que pueden encontrarse afuera, y personalmente no se sienten con las ganas de experimentarlo cansados.
Una vez estuvieron liste siguieron rumbo a otras luces parpadeantes. Sin embargo la particularidad es que había varios caminos de carretera de grava marcado con runas, algo que por lo menos les daba la seguridad de que estaba hecho por seres inteligentes. Además de eso los demonios escarlata no los siguieron desde las ruinas, por lo que posiblemente allá algún asentamiento humano los suficientemente capaz de hacer retroceder a las criaturas de este reino.
A los minutos llegaron a un frondoso bosque que cubría la inmensa montaña. En la copa de los árboles hay diferentes estructuras, puestos de vigilancia seguramente. Algunas aves de trueno sobrevolaban la zona montados por hombres fuertemente armados con ballestas, aunque en sus pechos portaban diferentes estandartes. "Ya veo, entonces por lo menos debe haber unos cuantos miles o decenas de miles viviendo aquí." Contemplaba en silencio Nie Li. No negará que está sorprendido por este hallazgo, si han podido prosperar aquí significa que tal vez en una situación de emergencia Ciudad Gloria podría bien evacuar a este reino temporalmente mientras pasa la horda de bestias demonio y vuelvan a la ciudad una vez la conmoción haya pasado.
- Chicos, voy a explorar. Espérenme ocultos, no sabemos si son hostiles o no.
Ordena Nie Li. Todos asienten. Aunque Nie Li no tenga el cultivo más alto entre ellos es bastante capaz gracias a su conocimiento. Yo Me monta guardia para evitar que los descubran. Con eso dicho Nie Li desaparece en un borrón fusionado con el espíritu demonio sombra del diablo.
Moviéndose a través de las ramas de los arboles recorrió una gran distancia hasta que llegó a un paramo medianamente rocoso dónde hay varias personas. Y por sus ropas hechas tirones y harapos en comparación a unos pocos es bastante obvio que llegó a una zona de esclavos.
- Escorias sin valor, no habrá descanso hasta que terminen la jornada de hoy. 100 cristales de sangre por persona.
Mandaba un hombre de forma prepotente agitando un látigo. Ocasionalmente le pegaba a los esclavos más débiles que caían y se retorcían de dolor, si es que no se morían.
Nie Li estaba un poco asqueado con la situación, pero no es ajeno a la esclavitud. Incluso en ciudad gloria se usa la esclavitud como una mano de obra, aunque sea mal visto. Por lo que desconociendo la situación socio política de este asentamiento será mejor no involucrarse hasta saber que sucede por muy inhumano que sea.
"Pero que aquí tengan una veta, y una muy buena, de cristales de sangre dice mucho acerca de como sobrevivieron." Pensaba con cierta envidia. Para obtener un cristal de sangre puro se requiere refinar muchos cristales de sangre en bruto como los que la mina provee. Hay muchos usos, pero el más importante es la capacidad de manipular la fuerza de alma de otras criaturas por medio de una matriz de sangre. Por lo que con el uso adecuado, la cantidad necesaria, y un experto capaz, podría ser posible manipular a enormes masas de los demonios del abismo, incluso el titan colosal de hace rato. No es de extrañar que puedan prosperar con relativa facilidad en un espacio tan peligroso como el reino del abismo.
Mientras miraba con atención, Nie Li siente un instinto asesino que trataba de penetrarlo. Sin pensárselo dos veces invoca su espada meteorito del dios del trueno. Su mirada se afila mirando los montones de hierba a su alrededor.
Lentamente una figura femenina sale de ahí. Un esbelto cuerpo con un traje de combate amarillo con franjas rojas. Con un ceño fruncido dirige la punta de su aspada hacía Nie Li.
- ¿Quién eres tú? ¿Cómo llegaste aquí?
Su hostilidad es evidente. La mirada con cierto recelo y sospecha analizaban a Nie Li de pies a cabezas.
ESTÁS LEYENDO
Una historia de dioses y demonios contra la humanidad
FanfictionEl fragil flujo del espacio y tiempo se encuentra en peligro por una inminente amenaza, muchos fallaron en detenerlo. En tiempos desesperados recurren a liberar el potencial de la humanidad sin saber qué había alguien destinado a frenar a esa amenaz...