El caos del humano y el renacido (XII)

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Después de pensarlo un poco Nie Li se decidió.

- Tal vez no sea mala idea ir allá, puede que incluso encontremos las piedras luz.

Prosiguieron su camino rumbo a las luces. Contrario a lo que esperaban las luces están inesperadamente lejos, casi parecía un efecto óptico que les engañaba el poder acercarse a ellas.

Un poco más atrás del grupo estaban Ning'er y Yo Me. La atmosfera entre ellos parece tranquila, pero por sus expresiones algo tímidas es obvio que hay un halo de torpeza.

- Ning'er, ¿estás mejor?

- Sí, ¿y tú?

- Bien gracias.

Se volvieron a quedar callados. No es que estuvieran incómodos, pero después de estar en sus cinco sentidos ya el recordar el momento previo los ruboriza a ambos. Con cierta burla pero una sonrisa alegre Yo Me comienza a molestar un poco a su amiga.

- Bueno, estoy bien gracias a una bella reina que me protegio y salvó de las garras de tales viles criaturas.

- Kuh... calla tonto. Aunque puede que esta reina lo haya hecho por la amabilidad y dulzura con la que fue tratada por el vagabundo.

Comenzaron una serie burlas intercaladas unas con otras. El ambiente se volvió más ameno y la vergüenza que sentían paso a un segundo plano. Personalmente el chico estaba más feliz de ver a su amiga animada. Esto por supuesto que no pasó desapercibido por los demás que los veían como a un par de tortolitos tonteando, pero tampoco se atrevieron a decirles nada. Al fin y al cabo es gracias a ellos que pudieron sobrevivir.

Nie Li intentó probar la técnica de sellado de sangre demoniaca, pero tuvo poco efecto con los demonios escarlata. Su cultivación Oro Negro los hacía inmunes a los daños explosivos de la técnica. Por lo que tuvieron que salir de ahí en friega cuando vieron que se les estaban amontonando de nuevo. ¿Cómo le hizo lord Ye Mo en su vida pasada para poder estar aquí un mes y medio?

Conforme avanzaban las luces de la montaña comenzaban a desvanecerse. Y lo que parecía ser una gran montaña era realmente unas gigantescas ruinas de alguna civilización antigua. Grandes pilares destrozados y erosionados por el tiempo se alzaban imponentes por el cielo. Paredes llenas de runas misteriosas y desconocidas incluso para el propio Nie Li. El suelo está repleto de polvo y huesos de diferentes criaturas, entre ellas humanos.

En el centro de todo estaba una especie de muro lleno de arañazos y sangre seca. Pero emitía una tenue y poderosa aura a su alrededor que invitaba solo a los más valientes. Si te acercas lo suficiente apenas se puede apreciar antiguos textos.

- Chicos, hagan guardia en lo que reviso lo que es eso.

Dice Nie Li mientras los demás asienten. Una inexplicable presión se cierne en sus jóvenes corazones, como si el lugar no les permitiera estar ahí. Gracias al aura de Yo Me y Xiao Ning'er que combatían con sus propias auras es que Du Ze, Lu Piao y Xiao Xue podían estar ahí y respirar con normalidad.

Los pocos demonios que aún les seguían se dispersaron en cuanto vieron el monumento, cesando su caza por el momento. Esto por supuesto llamó la atención de Nie Li. ¿Quién hizo este lugar, y qué tan fuerte era como para acobardar a los demonios del abismo?

"Un momento... esta letra es de!!!" Nie Li en cuanto empezó los casi ilegibles textos sintió un fuerte golpe de conmoción. La escritura es la del emperador Kong Ming de la ciudad orquídea. Sabía muy bien de su leyenda gracias al libro del espíritu demoniaco del espacio tiempo, pero jamás esperó que fuera tan capaz como para incluso dejar su huella en este reino. "Los que me sigan, serán bendecidos. Los que se opongan, morirán. En toda mi vida jamás conocí rival que me igualara, pasado y presente los dominé sin cansancio. Una calamidad descendió sobre los humanos, así que decidí dejar este triste mundo e ir más lejos." Leía profundamente intrigado Nie Li, hay pocas oportunidades de saber sobre seres cómo el emperador Kong Ming, y el saber es poder.

Una historia de dioses y demonios contra la humanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora