Una historia de dioses y demonios contra la humanidad

El caos del humano y el renacido (XX)

Padre, ¿Realmente quieres continuar? Si te rindes ahora prometo que tu castigo no sea muy severo.

Preguntó Sikong Hong Yue, aún alberga un poco de esperanza por su tiránico padre. Pero solo recibió un gruñido de ira cuál animal rabioso.

- ¿Rendirme? JAMAS, ¡No te dejaré maldita! ¿Dices que mi castigo será reducido? Seré yo quien voy a reducirte, me aseguraré de convertirte en menos que una esclava cómo un simple vertedero de semen.

Las crudas y frías palabras de Sikong Yi destrozaban el ya de por sí agravado corazón de la chica. Sabía que su padre podía ser una mierda, pero jamás pensó que realmente podría decir algo así de ella hasta ahora. Hong Yue endurece su mirada y con lágrimas en sus ojos se lanza de nuevo al ataque.

Sikong Hong Yue solo alcanza a murmurar para sí misma. "Hasta nunca."

Sikong Yi corrió hacia ella como una cometa, mientras que Sikong Hong Yue evadía sus ataques y golpeaba cómo un aluvión de relámpagos.

¡Retumbar! ¡Retumbar!

Sus potentes golpes estremecen cielo y tierra. Docenas de árboles eran destruidos con el solo agitar de sus espadas. El terreno cambia a cada instante que pasa la batalla. Ni siquiera las águilas alas plateada que eran bestias oro negro y leyenda podían acercarse para dar apoyo a ninguna parte.

Yo Me simplemente veía con una sonrisa tranquila pero con algo de conflicto. No le hace especialmente gracia hacer luchar a personas que sean familia por algo que podría haberse evitado. "No... no es mi lugar destruir la tiranía de ese hombre, eso solo pondría en una encrucijada a Hong Yue." Niega con la cabeza reflexivo. Las voces de sus espíritus asienten ante sus decisiones.

En este momento, escondido dentro del hueco de un árbol que estaba en el borde del territorio de la Familia Alas Plateadas, Lu Piao pregunta confundido.

- Nie Li, ¿No deberíamos irnos?

- Aún no, Sikong Yi y Sikong Hongyue están batiéndose en duelo por el derecho a liderar a la familia. Mientras tanto Ning'er se está haciendo cargo de los remanentes de la facción de Sikong Yi, es mejor para nosotros no quedar en el fuego cruzado.

Nie Li sonríe satisfecho de no tener que hacer mucho.

- Ese viejo bribón Sikong Yi debió de haber sido un mejor líder. Uno cosecha lo que siembra.

Dijo sonriendo Du Ze,

Xiao Xue mira al trío y una ligera sonrisa se dibuja en ella. Jamás pensó que este grupo podría desestabilizar a una familia tan grande como es la familia alas plateadas. Definitivamente son los genios de ciudad gloria.

Mientras tanto en las minas de la Familia Alas Plateadas.

Esta zona está muy bien protegida. Este lugar es a menudo un lugar de negocios; Por lo tanto hay muchos ojos alrededor. Debido a que hay muchos mineros dentro de la mina, que solo son un grupo de personas inocentes. Mientras la Familia Alas Plateadas fue llevada al caos por la explosiones este lugar no había sufrido ninguna.

Sin embargo, la situación en este lugar también estaba hecha un caos por las personas tratando de revelarse al ver el daño en la Familia Alas Plateadas. Los mineros se revelaban tratando de liberarse de los guardias.

¡Matar a todos los que se muevan sin permiso!

Ordenó Sikong Soten, levantando la espada y cortando hacia abajo. El aura de la espada pasó junto a seis mineros, sangre fresca salpicó alrededor y seis mineros cayeron al suelo.

Todos los demás trabajadores amotinados tenían miedo hasta de parpadear y de repente retrocedieron. Sikong Soten es un experto Rango Oro, no eran capaces de ser su oponente en lo absoluto.