La sobrina de mi mejor amigo

me decido por tí

Una ola de nervios, miedo, pánico, hira, rencor, desesperación y mucho mucho arrepentimiento inavadió esta sala de espera, estábamos todos, Marlene, Luis, Alejandro, Vanesa, Kevin, Daliana, Lety, Ernesto, Adriana y yo, unos más cercanos, otros más lejanos, pero todos queríamos que mí AnaLia saliera de esa situación, ya hacía más de 1 hora que los doctores estaban intentando reanimarla, debido a su embarazo no creeo que puedan aplicarle electrochó. De momento una doctora sale a toda prisa de esa sala

-por favor dime como está mi hija, digame que esta bien, por favor.

-hermana, tranquila, por favor doctora que ha pasado.
La doctora sin responder a sus preguntas hace una de las preguntas más difíciles de nuestras vidas

-deben elegir, o la niña o la paciente.
Todos se quedaron en silencio, solo se escuchaban los gritos de Marlene y las ahogadas maldiciones de Alejandro calmados por el abrazo de Lety, los desesperados sollozos de Vanesa en el hombro de Kevin y a la misma vez sus lágrimas corriendo por su rostro, a Dailena también le afectaba esto, mis puños cada vez me dolían más de lo apretados que estaban, la doctora estaba preguntandoles a todos en general, se trataba de mí prometida, de mí hija.

-no hay tiempo, tienen que escoger.

-qué posibilidad hay que ambas sobrevivan?

-es nula
Responde fríamente la doctora.

-está hablando de mi hija y de mi nieta, como quiere que escoja entre esas dos vidas.

-lo sentimos mucho, pero estámos sin opciones.

-AnaLia quisiera que su hija viviera
Dice de la nada Adriana.

-lo sé, pero es mi sobrina no puedo ni imaginar vivir sin ella.

-no puedo escoger yo Alejandro, hazlo tú.

Le dice Marlene con los ojos desbordados y muy pálida, tanto que se ha terminado desmayando, los enfermeros que estaban cerca enseguida la socorrieron y la llevaron a la sala de observaciones, Leticia fue con ella. En este momento Alejandro iva a responder, pero no puedo ni pensar en lo egoísta que puede ser

-AnaLia puede tener otros hijos, pero no la puedo perder a ella.

-esa posibilidad es remota, un aborto y en sus condiciones no es apropiado, si el feto muere en su interior y con las lesiones que tiene del accidente, es posible que no vuelva a ser madre.

-Alejandro, piensa en AnaLia, la conocías, ella era vida, no se la apagues.
Dice Vane con lágrimas en los ojos.

-mi sobrina nunca me perdonaría si no escojo a su niña, hay escasas posibilidades que sobreviva la niña tiene 6 meses, pero hay.
Mis lágrimas ya no podían ser contenidas dentro de mis ojos, por un lado mi hija de 6 meses, las podibilidades de vida son nulas y por otro lado estaba mi princesita, ella lo va a logarar tengo fe de que lo haga.

-doctora, haga todo lo posible por salvarlas a las dos, pero si hay algún momento en el que le sea impodible salve a AnaLia.
Todos me miraron extrañados, nadie podía comprender el peso de mis palabras, la doctora solo asientió y corrió a la sala.

-gracias hermano, no había podido decidir, gracias te prometo que si la niña nace tú serás su padrino.

Me dijo Alejandro abrazandome, todos me miraban seguros de mi decisión, nadie me cuestionó, pues es cierto que solo yo podría ser responsable de mi decisión.

Narra Alejandro
Habían pasado 5 horas desde que no teníamos noticias de los doctores, no escuchábamos llantos, ni aparatos sonando, no encontrábamos ningún motivo para llorar o reír, dos puertas grandes se abrieron y sacaron una camilla con mi princesa durmiendo, mi AnaLia, ella no había muerto, en ese momento sentí también una opresión en el pecho, su bebé no lo había logrado, pero esos pensamientos se borraron en minutos, los enfermeros salieron con una incubadora y dentro una pequeña bebé, débil y dormidita.