Capítulo 4

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"Jamás se puede volver hacia atrás más de lo que un disco puede girar en reversa. ¿Cuál es el motivo de todo lo que sucede? Pues, después de mucho analizarlo, me doy cuenta que me ha guiado hasta este momento"

Jean-Paul Sartre

En un solo segundo mi mundo entero se congela.

Un insignificante momento en el tiempo.

Es como sentir la vibración del suelo antes de un terremoto.

Sabes que estás en el centro de la catástrofe y que arrasará con todo.

Y lo hace.

Una onda expansiva me atraviesa desde dentro llevándoselo todo consigo.

Escucho mi corazón rompiéndose y cayendo a mis pies incluso antes de que suceda.

Y creo que el mundo también se está destruyendo conmigo.

Un instante de silencio pasa y todo a mi alrededor se mantiene igual.

Una vez leí que el juego del ahorcado demuestra como con las palabras equivocadas puedes matar a alguien.

Justo ahora mi vida es un reflejo de ese juego.

Una simple palabra de seis letras.

Muerte.

Pensé que no volvería a sentirme de este modo. El entumecimiento de mis extremidades, la respiración acelerada y la desconexión total de mi cerebro.

Vivimos sabiendo que tarde o temprano moriremos.

Nos preparan para ello.

Enfrentarnos a nuestro destino.

A lo inevitable.

Te enseñan a no olvidar a quienes amas, lo que nunca hacen es mostrarte como vivir cuando esas personas ya no están.

La estampa familiar que se mantuvo viva cuando mi madre murió hace diez años parece desaparecer también ahora, justo como ella.

Los domingos nunca fueron especiales, solo un día más de vida, o uno menos dependiendo de cómo lo veas, pero se convirtió en una tradición para la familia Clifford, celebrar que seguíamos juntos.

Una barbacoa, una tarde de películas, un día de experimentos en la cocina o salir a conocer nuevos lugares en nuestra ciudad.

Hoy es uno de esos domingos donde deberíamos estar por alguna parte, en una galería de arte donde papá hablaría sobre lo feliz que estaría de ver mis obras, yo le diría que nunca sucederá y Slo sonreiría como alguien que sabe todos los secretos del universo y sería imparcial en la confrontación que se formaría después.

El domingo es un día especial.

El día de los Clifford's.

Se trata de la familia, del amor y de celebrar la vida.

Pero la muerte tiene una extraña forma de cubrir con su suave manto a quienes más le temen.

Hace tres años papá fue diagnosticado con cáncer, como mamá.

La vida para todos dio un giro de 180 grados a partir de ese momento.

La mía se mantuvo estática.

Luchar contra lo que sientes es agotador.

Y yo ya estaba cansada de pelear y enfrentarme a lo inevitable.

Esta tarde, a las cuatro y treinta, los médicos nos informaron que lo habíamos perdido.

Es algo lamentable, dijeron, era un gran hombre.

Ja, las personas creen que con palabras de consuelo pueden traer un corazón a la vida.

Se equivocan.

Ninguna palabra puede hacer más fácil llevar a cuestas la perdida de quienes amas.

La oscuridad me absorbe por un segundo y luego la siento.

Sus brazos me envuelven desde atrás y me aprisiona, atándome a ella, a la realidad.
Una donde mis padres están muertos.

Donde estoy totalmente sola.

—No puedo hacer esto —confieso—. No quiero vivir una vida en la que ellos no estén.

—Yo también perdí a la persona que más amo Vera —susurra ella acariciando mí cabello—. A veces perderlo todo es una oportunidad, la de empezar desde cero. Buscar una nueva vida, una mejor que merezca la pena.

—Me duele Slo, me duele tanto.

En ocasiones desearía poder controlar el tiempo.

Regresar al pasado, a cuando éramos solo nosotros.

Y es difícil enfrentarse al hecho de que nada volverá a ser igual.

Lo que ha ocurrido no puede cambiarse.

Ocurrió y permanecerá de esa forma.

Estoy en los brazos de la mujer que me cuidó cuando no tenía a mi madre para ello, a alguien que me amó sin cuestionamientos, mi mejor amiga, la mujer a la que mi padre entregó la parte de su corazón que no pertenecía a mi madre, a Zehra y a mí.

Y duele.

Porque ella me está consolando cuando está tan rota como yo.

—Lo superaremos Slo —le digo con una convicción que no siento—. Somos fuertes y él confiaba en nosotras, no podemos decepcionarlo.

En la noche, mientras me envolvía en mis mantas con una antigua foto de mi familia, deseé que ellos se reencontraran en algún punto, cielo o infierno, sé que hallarán la forma de ser felices sin importar cómo.

Porque sé que existen corazones valientes que dejan de latir y a pesar de todo siguen vivos más allá de la muerte.

Otros valientes y astutos que buscan un camino oculto en la vida de quienes los amaron.

Pero también existen corazones que se fueron en busca de la felicidad y la encontraron.

Él pertenece a ese último grupo, uno donde está junto a mamá.

En un lugar donde no existe la vida o la muerte, donde el paso del tiempo no deteriora la piel y donde el amor une a aquellas almas que fueron separadas y que estaban destinadas a encontrarse una y otra vez, para así juntos tener un felices para siempre, pero en esta ocasión, uno definitivo.

Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora