"Es bueno reír. Es bueno sonreír. Es bueno sentirse feliz. Si no, ¿cuál es el chiste de la vida?"
Mil besos tuyos.
Tillie Cole.
Cuando vi una de sus esculturas por primera vez, quemó mí corazón.
Siempre supe que, si en algún momento, llegara a conocerlo, él haría lo mismo con mi alma.
Esa incómoda y a la vez reconfortante sensación que me absorbe cuando estamos juntos, es como si hubiésemos coincidido en otras vidas.
Algo sobre este pequeño hilo invisible que siento atándome a él, casi imperceptible, apenas visible, me vuelve extremadamente consciente del tiempo que estuve sin sentir nada.
—Ejem —el intento de tos me recuerda el lugar donde estamos y la compañía que tenemos—. ¿Ustedes se conocen?
Hay un pequeño regaño en la voz de Tya al decir eso, su mirada perforando a Draigh mientras él cambia su expresión cómplice a total indiferencia.
—Sí —afirma—. Somos amigos.
Realmente no lo somos, aún no.
Y sigo creyendo que esa palabra no le corresponde.
Es muy pequeña para definir cualquier vínculo que podamos crear.
—Exacto —susurro con voz monótona—. Amigos.
Las miradas juzgadoras pasan de él a mí, como si una pelota invisible estuviese rebotando entre nuestros cuerpos, así que decido alejarme y sentarme nuevamente en la punta del sofá.
Mi sonrisa es inocente mientras me dejo caer en el y coloco una suave almohada sobre mis muslos. Mis manos jugueteando con ella intentando alejar los nervios.
—¿Qué hacían antes de que yo llegara? —pregunta Draigh intentando desvanecer la tensión.
Le agradezco internamente por ello.
Ya es lo suficientemente incómodo para mí estar frente a personas que no conozco como para que ellos crean que tengo algún tipo de relación extraña con su amigo.
Que la tengo.
Pero ellos no tienen que saberlo.
—Solo hablábamos con Vera —responde Tristan—. Hasta que llegaste interrumpiendo nuestra charla, como siempre.
El comentario pretendía ser gracioso pero hay un toque irónico que no pasa desapercibido.
Es casi molesto, agresivo si lo analizas bien.
—Pues discúlpame —comenta Draigh con voz átona.
Observo entre ellos y noto que sus miradas son distantes y frías.
Como si no fuesen realmente amigos.
Es raro estar en medio de un intercambio tan hostil.
—Vera, creo que se acabó el hielo, ¿Puedes buscar un poco en la cocina? —pide Sop. Su mirada perforándome en una súplica silenciosa.
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Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)
FantasyHabía una vez... una princesa rota. Y un príncipe cuyo corazón había sido robado. Un puñado de quizás. Noches eternas y marcas en la luna que ni siquiera el universo ha podido borrar. Magia invisible hilando corazones y arte entretejiendo personas...