Capítulo 18

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"La emoción que puede romper tu corazón es a veces la misma que la sana"

Nicholas Sparks

El camino a la pequeña cafetería es silencioso.

Pacífico.

Me siento relajada a su lado.

Los pensamientos negativos no se filtran a través de mi mente, en cambio, disfruto el hermoso paisaje que la ciudad de la luz ofrece.

Los colores, las personas, la arquitectura.

Con cada paso que das la ciudad parece moverse junto a ti, oculta lo que has visto y disfrutado y lugares maravillosos comienzan a ocupar su lugar.

Me recuerda tanto a la magia de los libros, como si un nuevo sueño te esperase al doblar una esquina.

También me gusta él, en pocos minutos he podido observar fragmentos de luz que se filtran a través de todas las grietas de su armadura.

Es extraño, sentir que lo conozco de alguna forma.

Sus obras, su arte, muestran más de sí mismo que sus palabras y acciones.

Hablan por él, actúan por él.

He visto cada pequeño detalle de sus esculturas que me han permitido conocer su alma antes de su rostro.

La soledad. El dolor. La ira. El amor, casi imperceptible pero presente.

Cuando nos detenemos frente al pequeño local él sonríe y se baja casi corriendo del auto. Lo observo en la distancia mientras sostiene la puerta abierta para mí.

Al entrar tonos oscuros nos reciben.

Cada pared tiene diferentes cuadros, noto algunas copias de artistas famosos como Van Gogh, Durero y Da Vinchi.

—¿Realmente te gusta este lugar? —cuestiona divertido.

Asiento mientras observo la tenue luz que apenas te permite observar a la persona que te acompaña.

Es un sitio turístico ubicado en una zona poco visitada, por eso casi nunca hay personas, lo he comprobado en los últimos días.

Además, las mesas tienen forma ovalada y en cada una está plasmado un lugar reconocido de la ciudad, nosotros nos sentamos en el Dalí París, el museo de arte surrealista basado en las obras de Salvador Dalí. Según lo que leí mientras buscaba lugares de la ciudad para visitar, en las exposiciones se muestran las diferentes disciplinas en las que incursionó como la pintura, escultura, grabado y fotografía.

Entonces, un garçon se acerca a nosotros y como siempre comienza a hablar en un dulce francés que me obliga a observarlo fijamente.

Un carraspeo llama mi atención y observo a Draigh mientras el susurra, <<Deja de verlo de ese modo>>.

Así que, decidiendo comportarme, reviso la carta que ya me aprendí de memoria solo para intentar pedir algo distinto.

—Qu'est-ce que tu vas prendre? —pregunta el chico, con sus mejillas sonrojadas y un tono nervioso en su voz.

—Crème brulèe —susurro, mientras intento pronunciar correctamente—. Et une tasse à Café crème, s'il vous pla-it.

Draigh deja escapar un resoplido mitad risa mitad burla, mi pronunciación es pésima pero al menos lo intento, eso debería contar.

Pasados unos pocos minutos en los que ninguno de los dos hablamos, traen nuestros cafés.

Es algo delicioso y único, una parte café una parte de crema de leche.

Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora