Capítulo 26

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"...y que la persona más improbable puede cambiar el rumbo de la historia"

Azriel.

Una semana después

Cuando observo el logo de un negocio conocido comienzo a sentir nervios invadiendo cada parte de mí.

Los tonos pasteles me reciben una vez atravieso la puerta y un aroma dulce, exquisito, que me recuerda a Draigh, ese olor que siempre percibo en él.

Centrando mi atención en las mesas lo observo sentado en la más apartada y con la cabeza enterrada en un libro, sin notar mi presencia.

El local es cálido y tiene una sensación familiar que me encanta, es tan distinto al gris que parece cubrir a París la mayoría de los días.

Cuando me acerco comienzo a ser tan consciente de mi misma.

Como mi trenza está casi desecha o la falta de maquillaje que compense mis ojeras y mi ropa con rastros de pintura.

Estaba ocupada cuando el envió un mensaje, saben.

Entonces no pude pensar en otra cosa que venir a su encuentro.

Además soy un desastre esperando a suceder, si no me quieres de esta forma no mereces las otras versiones de mí.

Con un suave carraspeo llamo su atención y el desvía la vista de la página que estaba leyendo para observarme con un ceño fruncido que desaparece en el momento en que me reconoce.

Estoy segura de que en estos momentos lo observo como un ciego que ve el mundo por primera vez.

—Hola —murmuro, rebotando de un pie a otro como un niño pequeño.

—Hola —responde.

Tomo asiento frente a él mientras quito algo de azul real de mis dedos y uñas.

Estaba creando un retrato de Cohen cuando Draigh me pidió que viniese a este lugar.

Justo en el momento en que mi teléfono parpadeó con una señal de mensaje buscaba el tono exacto de azul de los ojos de Co.

—¿Todo bien?

Sonríe ante mi pregunta.

Ha hecho eso muy a menudo cuando estamos juntos.

Justo esos momentos han sido los favoritos de mi día desde que comenzamos..., bueno lo que sea esto que estamos haciendo.

—¿Recuerdas...? —se corta abruptamente y sus mejillas adquieren ese tono rosado tan propio de Draigh.

—¿Recuerdo...?

Inhala.

Exhala.

Repite el proceso.

Creo que incluso dice algunas cosas en voz baja.

Es gracioso ver al imperturbable Draigh Laroux nervioso.

—¿Recuerdas el día que me enseñaste el frasco de los sueños? —asiento en silencio y él continúa— Pues..., recordé algunos de los que me mostraste así que..., yo..., quería...

—¿Draigh? —llamo y seguido de ello tomo su mano que descansa sobre la mesa.

—¿Sí?

—Lo que sea que hayas planeado, te aseguro que me encantará. Así que solo dilo.

Tras varias respiraciones inestables sus hombros encorvados vuelven a una postura firme e hincha su pecho como si eso le diera valor.

—Quiero ayudarte a cumplir tus sueños.

Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora