"Me pregunté si él se daba cuenta que la forma en que me miraba era mucho más íntima de lo que jamás podría ser si me tocara"
Shiver.
Maggie Stiefvater.
Mis pies atraviesan la puerta trasera y me dirijo al estacionamiento.
Mi corazón doliendo dentro de mi pecho.
Me siento perdida.
Tan lejos de mi anterior vida. De las personas que me aman. De mí misma.
Cierro mis ojos y me permito respirar algo de aire fresco.
Todo mi cuerpo arde con conciencia.
Él no me conoce.
No tiene derecho a hablar de mi vida.
Un fuerte trueno rellena el silencio que consume el mundo seguido por un relámpago que lo ilumina todo.
Incluso la oscuridad que se apodera de mi mente.
Abro los ojos de golpe.
Y observo el agua cayendo a mí alrededor.
Sonidos y caos en la distancia.Entonces lo siento, sus manos aprisionándome contra su cuerpo.
Su fuerza atrayéndome a su pecho.
Y yo grito.
Porque necesito sacar algo de la ira que llevo dentro.
Intento zafarme de su agarre y me lo permite.
Giro sobre mis pies para estar frente a frente.
De cara a él.
—Nunca vuelvas a hablar de mí o de mi vida —grito con furia—. Nunca.
Se acerca a mí.
Un paso.
Dos.
Tres.
Luego su mano se eleva y roza mí mejilla en una caricia sutil casi inexistente.
Sus ojos azul ártico oscureciéndose y una expresión de dolor en su rostro.
—Lo siento —susurra con voz ronca.
Su mirada escanea mis rasgos, buscando algo, no sé qué.
Mientras yo lo observo agitada.
Tomando respiraciones fuertes.
Sintiéndolo todo.
Siendo tan consciente del lugar donde estamos.
Oscuro. Confuso. Caótico.
No está bien.
No debería sentirse bien.
Mis párpados caen y me permito disfrutar de este momento.
Uno donde el hombre que admiro es el hombre que me hace soñar.
Uno donde el hombre que me devolvió el arte es el mismo que no dejo de pintar.
Uno donde el hombre que me rompió el corazón es el mismo que me hace sentir de nuevo.
—Me llamo Draigh —susurra, su voz silenciando el resto de los sonidos del mundo—. Draigh Laroux.
ESTÁS LEYENDO
Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)
FantasíaHabía una vez... una princesa rota. Y un príncipe cuyo corazón había sido robado. Un puñado de quizás. Noches eternas y marcas en la luna que ni siquiera el universo ha podido borrar. Magia invisible hilando corazones y arte entretejiendo personas...