Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)

Capítulo 8

"Depende exclusivamente de ti darle sentido a tu vida"

Jean-Paul Sartre

Pablo Picasso dijo una vez: Yo no pinto lo que veo, pinto lo que pienso.

Justo ahora creo que entiendo exactamente a lo que se refería.

Caminar a través de un aeropuerto es como estar en una exposición de obras de arte.

Todas ellas distintas.

Creadas desde el alma y colmadas de colores y formas.

Veo tantas personas abrazándose, llorando, amándose en silencio y susurrando palabras ininteligibles para mí.

Desearía poder pintarlos.

A todos ellos.

Que me permitieran plasmar en un lienzo aquello que pienso mientras los observo.

Soy de las que opinan, que, el cine, la literatura y la pintura son las máximas expresiones de arte.

Sin embargo, existe una que ocupará el primer lugar por encima de cualquiera de ellas, y es el poder de las emociones humanas.

Algo tan abstracto pero a la vez palpable como el amor. La felicidad. La tristeza.

Los creadores se basan en lo que sienten para inspirarse.

Porque somos lo que sentimos y lo que hacemos con eso que sentimos.

Me encuentro en un escenario perfecto para dejarme llevar.

Solo que me detengo, siempre hay algo que lo hace.

No quiero ser reconocida.

Cuando expongo mis cuadros o fotografías, me gusta estar presente, ser una observadora y escuchar que piensan las personas acerca de lo que hago.

Es un poco masoquista, bueno, demasiado masoquista.

Pero se siente bien, saber cuántas personas están en sintonía conmigo, quienes ven lo que yo y quienes le dan su propio significado

Y creo que ahí está la importancia del arte.

El poder de interpretarlo a tu vida.

Lo que vemos lo asociamos con nosotros mismos. Con nuestras experiencias y nuestro pasado.

Es algo hermoso.

Saber que existen emociones que se pueden transmitir sin necesidad de palabras, solo bastan colores y figuras deformes y a veces poco entendibles.

Todos los presentes parecen tener una conexión especial con alguien.

Como un hilo invisible que los conecta con quienes aman.

Sin embargo, mientras ellos dejan ir o reciben a alguien yo me encuentro sola.
Completamente sola.

Y se siente bien.

La soledad se ha convertido en mi fiel aliada y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que a pesar de que no haya venido por elección propia y que me haya obligado a derramar lágrimas sin control, ha acabado por demostrarme lo importante que es estar solo con uno mismo.