Capítulo 19

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"Déjalo ir. ¿Por qué te aferras al dolor? No hay nada que puedas hacer acerca de los errores del ayer. No son tuyos para juzgar. ¿Por qué aferrarse a la única cosa que te aleja de la esperanza y el amor?"

Leo Buscaglia

Nos marchamos pocos minutos después.

Yo pido la cuenta mientras él va al baño.

Cuando regresa, salimos juntos, nuestros hombros rozándose cuando atravesamos la puerta.

Me dirijo hacia mi auto con su sombra siguiendo mis movimientos.

Al ofrecerle las llaves niega con la cabeza y lo miro frunciendo el ceño.

—Vivo bastante cerca, iré andando.

—¿Estás seguro? —pregunto preocupada—. Es un poco tarde, puedo llevarte.

Sonríe y da un paso atrás, alejándose de mí.

No quiero que la noche acabe, que lo que sea que sucedió allá adentro termine.

Así que decido atreverme, acercarme al precipicio, un poco más cerca de la caída fatal.

—¿Podemos volver a vernos?

Mi pregunta esconde una fragilidad ruidosa y perceptible.

Como si de esa respuesta dependiera mi vida.

Él duda, su mirada observando todo menos a mí.

Entonces decide dar un salto de fe, mi corazón expandiéndose ante su respuesta.

—De acuerdo.

Dos palabras.

Simples.

Con un significado enorme.

Un significado que podría cambiar una historia.

Un giro argumental en una trama.

—¿Eso significa que me dejarás conocerte?

La pregunta escapa con duda esta vez, a su lado mis emociones cambian constantemente.

—Mi color favorito es el azul —comenta con una sonrisa en su voz—. Y amo el chocolate por si deseas regalarme algo algún día.

Dejo escapar una carcajada ante su tono confiado y bromista.

Me gusta más este Draigh, puedo trabajar con él.

A diferencia del hosco escultor, ese me recuerda a una versión más rota y fragmentada de mi misma.

—Conocer a alguien no es acerca de saber que le gusta sino de aquello que lo motiva.

—¿Con eso qué quieres decir?

—Quiero saber que te hace sonreír y porque despiertas cada mañana. Quiero conocer tus miedos y tus sueños. Quiero saber qué piensas del amor y de la vida. Quiero saber si le temes a la muerte y si crees en la magia.

Me observa y sonríe ante mis palabras.

Sé que no las toma como broma simplemente le resulta difícil pensar que existe alguien tan diferente a él.

Y a la vez extraño en la misma forma en que él lo es.

—¿Entonces estás dispuesto a conocerme? —susurro, el miedo apoderándose de mí.

Eleva su mano al aire, tendiéndomela, caminamos un paso y otro y otro. Luego estamos cara a cara.

Envuelvo mi mano en la suya.

Sellando el trato.

—¿Eso es todo? —su voz es ronca mientras me observa.

—Puede que se me ocurra algo más —bromeo, pero algo en su expresión me pide que calle.

Está serio nuevamente, pero no se trata de la mirada vacía de siempre, esta es intensa y llena de promesas.

Nuestras manos siguen unidas y un cosquilleo recorre la piel donde su tacto me quema.

Doy un paso más cerca, ahora nuestros cuerpos están casi unidos, retiro mi mano de la suya y la coloco sobre su pecho que late fuertemente.

Thud. Thud

Thud. Thud.

Thud. Thud.

Me deleito con el ritmo mientras pienso en mis próximas palabras.

—Antes era como tú, dejaba mi dolor dentro y entonces ese dolor se hizo tan grande que me alejó de todo y todos. Perdí parte de mi vida. De lo que soy. No sé qué crees que hiciste, pero nada vale lo que estás a punto de perder.

Sus ojos se cierran ante mis palabras y un suspiro escapa de sus labios.

Mis párpados caen ante la imagen.

Entonces me elevo sobre mis pies, acerco mis labios a su mejilla y los presiono durante unos segundos.

Sus manos van a mi cintura y sus dedos se aferran a la piel que no cubre mi camiseta.

—Nos vemos pronto —susurro acercando mis labios a su oído.

Beloved Thorns Of Paris (#PGP2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora