Cᴇʟᴇsᴛᴇ ʏ Aᴢᴜʟ : ˡⁱᵗᶜᵏᵒ : FINALIZADA ✅✅

↷✦; Aɴᴛᴏᴊᴏs ❞

ﾟ*☆*ﾟ ゜ﾟ*☆*ﾟ ゜ﾟ*☆*ﾟ ゜ﾟ*☆*ﾟ

┊ ┊ ┊ ┊ ┊ ┊

┊ ┊ ┊ ┊ ˚✩ ⋆｡˚ ✩

┊ ┊ ┊ ✫

┊ ┊ ☪⋆

┊ ⊹

✯ ⋆ ┊ . ˚

˚✩

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

Las náuseas eran algo común durante el embarazo.

Tan común como los antojos.

Los cuales empezaron a presentarse en el ojiverde, cuando el estómago de este no devolviera lo que ingería.

Y cuando eso sucedió, las primeras semanas de embarazo fueron menos pesadas que las anteriores y eso fue un gran alivio para Mauro.

Sin embargo, Matias tenía que estar pendiente de cumplirle los "caprichos" a su novio. Quien se había vuelto un poco más sensible, cuando a veces le respondía con un "No".

Y eso era un grave problema para los dos.

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

— Mati, amor.. — Mauro llamó insistentemente a Spallatti, que se encontraba profundamente dormido.

Y eso era bastante razonable, ya que eran más de las doce de la noche. Pero Monzón se había despertado ante una intensa sensación de hambre.

La cual no podía ser calmada con tanta facilidad...

— Amor. — lo volvió a llamar, hasta despertar al contrario, que un poco somnoliento abre los ojos.

— ¿Mau? ¿Qué es lo que pasa? — pregunto confundido. A lo que el otro se quedó callado por pena, porque se había dado cuenta que era muy temprano para despertar a su novio por algo que quería.

— Nada, nada, mejor vuelve a dormir. — Monzón respondió.

Intentando disimular la petición que tenía con el otro cuando despertará. Pero Spallatti no era un idiota, y de inmediato, se dió cuenta de lo que estaba pasando.

— ¿Tienes hambre? — Spallatti preguntó, a lo que el otro asintió algo apenado. — ¿Y qué es lo que quieren mi novio y mi hijo? — agregó, haciendo latir desenfrenadamente el corazón del otro por sus lindas palabras.

— Queremos pastel de red velvet con crema de maní encima. — Mauro confesó sus mayores deseos, a lo que Matías se levantó bostezando un par de veces de la cama, sin quejarse por su pedido. — Pero no creo que encuentres dónde comprarlo, así que mejor dejémoslo para la mañana. — argumenta, pero el otro solo niega mientras empieza a cambiarse para salir.

— No te preocupes, que conozco un lugar que está abierto a las veinticuatro horas. — Spallatti responde ya listo y preparado para salir, pero antes le da un beso en los labios al otro. — No tardó, así que no me extrañes demasiado. — comento, para luego irse.

Dejando solo a Mauro, que se sigue sintiendo avergonzado por lo que había hecho.

Prometiendo que sería la última vez que haría algo como eso. Aunque a veces... las promesas no podían ser cumplidas al pie de la letra.

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

— ¿Sabe bien? — Matías le preguntó a Mauro con cierta curiosidad.