Cᴇʟᴇsᴛᴇ ʏ Aᴢᴜʟ : ˡⁱᵗᶜᵏᵒ : FINALIZADA ✅✅

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El llanto es la primera manera que el ser humano tiene para poder comunicarse.

Nacemos llorando para demostrar que hemos llegado a un nuevo mundo.

Un mundo que sentimos como algo grande y desconocido.

Pero en el cual vamos a vivir, hasta que demos nuestro último suspiro.

En nuestra etapa de bebe lloramos constantemente, todo porque se nos hace imposible comunicarnos de otra manera.

De una manera en que nuestro mensaje sea más que entendible ante los demás.

Así que solo nos queda llorar, para llamar la atención de quienes están a nuestro alrededor, y que estos traten de ayudarnos.

Aunque también lloramos mucho después de ser bebés.

Después de todo, sigue siendo nuestra primera manera que conocimos para comunicarnos.

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Eran las dos de la mañana y los llantos combinados de Azul y Celeste, podían escucharse por una pequeña radio. La cual estaba vinculada con un monitor, que a su vez se encontraba en la habitación de las menores.

Para avisarles a Mauro y a Matías, sobre cualquier queja o movimiento por parte de sus hijas.

— Las niñas. — Mauro se despierta de inmediato, saltando casi de la cama cuando escucha llorar a su hijas.

Y su acción también hace que Spallatti se despierte al toque, pero un poco desorientado y confundido.

— Si querés voy a verlas yo. — Matias sugiere, pero Mauro ya había salido de la habitación cuando hablo.

Así que tuvo que acompañar a su novio sin pensar, para apoyar a este en lo que fuera necesario.

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Al llegar a la habitación, lo primero que vio Spallatti fue a Monzón con una de las nenas.

Que si no mal se equivocaba se trataba de Celeste, mientras que Azul seguía en la cuna llorando.

Así que el morocho tomó a su nena de inmediato, revisando si no necesitaba de un cambio de pañal o alguna atención más.

— Creo que necesitan comer. — Spallatti le comenta a Monzón. Quien ya se encontraba sentado en la silla mecedora, con uno de sus pechos descubiertos.

Dejando que Celeste saciará su hambre, tanto como pudiera.

— ¿Y qué piensas para darme a Azul? ¿Una jodida invitación o que? — Monzón cuestionó antipático, pareciendo estar nuevamente molesto con Spallatti. Que contiene sus ganas de reclamarle por la actitud tan tosca e indiferente que estaba teniendo con él.

— Pensé que le darías de comer primero a una. — Matias respondió, acomodando a Azul en el otro pecho del ojiverde, que de antemano lo había dejado descubierto para recibir a la menor de las gemelas.