Las cosas habían cambiado un poco en los últimos años.
Pepa y Félix se habían casado oficialmente después de un par de meses y ya iban por el tercer bebé. Hace unos años había nacido una niña a la cuál llamaron Dolores, así que Camilo se hizo hermano mayor, e intentaba ser responsable. Aunque la mayor parte del tiempo era Dolores la que lo cuidaba.
Debido a esto, Félix tuvo que cerrar la tienda por unos meses para que pudieran construir nuevas habitaciones y remodelar un poco. Así que ellos se fueron de vacaciónes durante ese tiempo.
Julieta por su parte, logró abrir su tan ansiado puesto de comida. Y junto con su esposo Agustín y sus dos niñas: Luisa e Isabela, atendían a los clientes y vendían docientas arepas al día. Aunque en estas últimas semanas Agustín trataba de cocinar para que su esposa no se esforzara demasiado. Puesto que estaban esperando a una bebé.
En cuanto a la señora Alejandra, habían escuchado rumores de que seguía llendo a las apuestas pero que su problema con los cigarrillos estaba empeorando.
La señora Guzmán pasaba más tiempo con sus hermanas ahora que la hija de Vianey había heredado el trabajo de liderar todo el negocio familiar. Realmente hacía un buen trabajo.
A veces iba a visitar a Lola junto con Carmelita al salón para poder chismear y arreglarse el cabello.
Bruno seguía trabajando en el salón. Se había vuelto muy ágil con las tijeras y todas las mujeres amaban sus charlas con él. Todos los días, a las diez de la mañana, el mismo grupito de niños llegaba al salón y le entregaban un ramo de flores junto a una carta con un poema nuevo.
Y Bruno leía cada palabra con un suspiro y una calidez enorme en su corazón. Su esposo siempre cumplía sus promesas.
El joven Guzmán había encontrado un trabajo como ayudante para construir casas. La paga era buena, sus compañeros agradables y aunque pasaba la mitad del día bajo el sol, todo aquello valía la pena siempre que regresaba a casa, con Bruno esperándole con los brazos abiertos y la cena lista.
Construyeron una casa con los ahorros de ambos. No era muy grande ni de dos pisos. Pero tenía un enorme patio dónde había un árbol de bugambilias, flores silvestres de color amarillo adornando los rincones. Y detrás de la casa; un limonero viejo que todavía daba frutos.
Una familia de ratones de campo iba y venía. Se escondían en las enredaderas y recolectaban semillas y granos hasta que Bruno los descubrió y les compartió un pedazo de pan. Desde entonces, los ratones regresan todos los días, cuando él vuelve del trabajo, y se sientan a esperar la cena. El joven Guzmán no parecía tener ningún problema con esto.
Las charlas nocturnas aún siguen siendo parte de la rutina diaria de ambos.
A veces, cuando pasa más de las once de la noche, Mariano se despierta con el corazón agitado y un enorme temor que no logra explicar. Pero cuando eso pasa, Bruno está a su lado para acariciar su espalda y rodearlo con ambos brazos en un cálido abrazo, diciendole que no pasa nada. Que todo va a estar bien.
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La esposa de Mariano Guzmán. (Mariano X Bruno Madrigal)
FanfictionMariano siempre habla sobre una persona maravillosa que lo espera en casa con los brazos abiertos y la comida lista. Sobre lo mucho que ama a esa persona y lo felíz que lo hace todos los días el solo ver su sonrisa. Tanto así que sus compañeros de t...